Carta abierta a Ernestina Herrera de Noble
Quiero
decirle que la única manera de comprobar o descartar un vínculo
identitario son los análisis genéticos que usted viene obstaculizando
desde hace muchos
años. Por eso le pido, con todo respeto, que si usted quiere demostrar
la inexistencia de tal vínculo, coopere con la Justicia y contribuya a
que los análisis de sangre se realicen tal como lo establece la ley, sin
que las pruebas sean contaminadas y evitando
cualquier tipo de artilugio tendiente a evitar el conocimiento de la
verdad.
La Plata , 14 de octubre de 2010
A la Directora del Diario Clarín,
Señora Ernestina Herrera de Noble:
He
leído en la edición de hoy del diario Clarín, que usted dirige, un
artículo sin firma titulado “Caso Herrera Noble, desmienten vínculo de
una abuela”
En
ese artículo su medio de comunicación dice que “es cronológicamente
imposible que la hija de la directora del diario Clarín, Ernestina
Herrera de Noble,
tenga algún vínculo identitario con Clara Anahí Mariani Teruggi”. Luego
sostiene que “lo cierto es que Clara Anahí Mariani fue secuestrada el 24
de noviembre de 1976 mientras que la guarda de Marcela Noble Herrera
fue otorgada por la justicia a la Señora Ernestina
Herrera de Noble el 14 de mayo de 1976, es decir 6 meses y 10 días antes
del secuestro de Clara”.Finalmente
continúa diciendo que “la imposibilidad es aun mayor si se toma en
cuenta que la convivencia entre Marcela Noble Herrera y su madre,
Ernestina
Herrera de Noble, es anterior a la desaparición de la nieta de la señora
Mariani, según surge de la propia documentación oficial y del juzgado
federal de San Isidro. En ese expediente consta que el 15 de junio de
1976, el Registro Nacional de las Personas de
la Provincia de Buenos Aires otorgó el documento nacional de identidad a
Marcela y el 29 de julio de 1976 la Policía Federal expidió su cédula
de identidad”.Tengo
86 años y no quiero morirme sin reencontrarme con mi nieta, y creo que
es posible que Marcela y Clara Anahí sean la misma persona. Pero también
soy
conciente de que tal vez Marcela no sea mi nieta, y que sea la nieta de
alguna de las mujeres que me acompañaron desde noviembre de 1977, cuando
fundé Abuelas de Plaza de Mayo. En cualquiera de los dos casos, cuando
se conozca la verdad, sentiré la satisfacción
de que se haya recuperado la identidad y la historia de una joven que
aún hoy sigue siendo víctima del daño producido por quienes perpetraron
el Plan Sistemático de Robo de Bebés
Como
usted sabe, he pedido a la Justicia que los datos de Marcela sean
cruzados con todo el banco de datos. Por un lado, esto es lo que
corresponde porque
así lo indica la ley, pero además, usted misma admitió en un editorial
publicado en Clarín el 12 de enero de 2003 que Marcela y Felipe
posiblemente sean hijos de desaparecidos. En esa oportunidad usted
escribió:
“Me encuentro frente a dos realidades muy diferentes. Primero, el deseo
legítimo de las Abuelas de saber si mis hijos fueron arrebatados a
detenidos-desaparecidos. Segundo, los abusos del juez Marquevich. Muchas
veces he hablado con mis hijos sobre la posibilidad
de que ellos y sus padres hayan sido víctimas de la represión ilegal”.
El
argumento mediante el cual hoy, en el artículo periodístico del diario a
su cargo, se sostiene una supuesta imposibilidad de que Marcela sea mi
nieta por
existir 6 meses de diferencia, nada dice: hemos comprobado que la
emisión de documentación apócrifa y de datos falsos por parte de los
funcionarios que servían al poder dictatorial, ha sido una táctica
frecuente por quienes robaban bebés de modo sistemáti
En
tal sentido, el ex juez Marquevich -que la detuvo a usted en el año
2002 por “falsificación de documentos públicos, inserción de datos
falsos y uso de
documento público falso” declaró en diciembre pasado que “resulta
paradigmático el caso de Herrera de Noble, porque se trata de
expedientes de adopción absolutamente falsos desde su inicio hasta su
finalización”.
Sólo
a modo de ejemplo de la documentación falsa producida con el fin de
robar niños, citaré un caso entre los más de 50 niños que recuperamos
durante los
años que presidí Abuelas de Plaza de Mayo. Paula Logares -nieta de Elsa
Pavón, cuya identidad restituimos en 1984, nació en 1976 y fue inscripta
por sus apropiadores como nacida en 1978, es decir que en este caso, la
supuesta “imposibilidad cronológica” que
hoy se menciona en su diario, era de dos años, es decir, mucho mayor a
seis meses.
Por
todo eso le pido que en vez de utilizar los falsos datos producidos por
la dictadura, permita que Marcela se realice los exámenes científicos
que la ley
indica para que se sepa de una vez y para siempre quién es esa joven. Al
igual que yo, muchas otras mujeres están sufriendo desde hace 34 años
buscando que se sepa la verdad.
Atentamente,
María Isabel Chorobick de Mariani
DNI Nº 8.319.665
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