BICENTENARIO

 Bicentenario                  Cristina Villanueva
¿Desde qué lugar nos situamos para reflexionar sobre el bicentenario de la revolución de mayo?
La mirada no es inocente.
Uma saca fotos a los dos años mostrando lo que está muy cerca del suelo, de su altura, su propia visión.
Doscientos años
En los actos escolares nos teñíamos de negritos vendiendo o bailando. ¿Qué se ha hecho de ellos?
Qué desaparición sin justicia ni palabras que la nombren, los ha silenciado. Será que al contrario de la mirada de Uma la voz que nos ha contado la historia ha sido siempre la de arriba, la de los salones. Las matanzas e iniquidades de la conquista del desierto al menos tienen palabras y memoria .La memoria es una de las formas de la justicia .La memoria no es pasado se proyecta hacia delante .Las voces que no están, siguen insertadas, no desaparecidas, en el canto coral de la patria .Se ha pretendido borrarlas, la memoria las recoge y siguen cantando. Voces múltiples que se juntan con el amistoso sonido de Cortázar. Las aguafuertes de Arlt, Borges y su geografía emocional de esquinas rosadas, su sentido trágico, tantas veces confirmado en sucesos de nuestra historia.
En el curso de muchos años de la vida del país los uniformes se ocuparon, entre tantas terribles cosas, de mis piernas, mis lecturas, la barba y el pelo de mis amigos, el cine que podíamos ver. Después, todo eso les pareció poco, se ocuparon de la vida y la muerte de las personas. Ellos y los que los mandaban, se ocuparon también de sembrar semillas de pobreza y desigualdad.
Somos los que estaban desde el principio, los que vinieron de tantos lejanos lugares con sus silencios y sus desarraigos, los que se fueron en las crisis. El psicoanálisis y el tango. Somos bailando pensamientos tristes, manifestando.
Somos las mujeres saliendo a las calles, las oficinas, las escuelas, tomando muchos cielos por asalto por ejemplo, el del placer de pensar. Somos las fotos antiguas que nos muestran universos masculinos que se van armonizando con el paso del tiempo, con la presencia de las mujeres .Somos , ahora que tomamos las calles, el deseo de compartirlas, no nos dejen solas en los bares, que hace no tanto tiempo, nos estaban vedados. Somos el espacio de las plazas para todos, para el reclamo y las fiestas, el teatro callejero, las canciones, los poemas leídos a mansalva, las celebraciones y los duelos. Mis deseos para el Bicentenario Que el humor y el amor nos amparen. Que la construcción constante de nuestra identidad con relatos y acciones, tenga ahora, después de tanta sangre, la alegría que da fuerza y guarde la multiplicidad que enriquece. Que no se caiga nadie del relato, ni los niños, ni las mujeres, ni los hombres, ni los inmigrantes, ni los exilados, ni los jóvenes, ni los viejos. Que como decía el poeta cubano Guillén, la muralla se abra a todo, menos al crimen. y a su exaltación.
Que nuestros ríos, los mares con sus sirenas escondidas, las montañas y llanuras, el álamo de Haroldo, las calesitas de las plazas y los malvones nos cuiden, para que podamos cuidarlos, Que logremos evitar la desmesura errática de ser los mejores y los peores.
Que en la rayuela de la hermosura alguna vez la punta del zapato alcance el cielo.

Cristina Villanueva

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