néstor (rock y transgresión). Por Leo Militello


En la cola de muchas horas para entrar a saludar a néstor, uno tuvo la oportunidad de ir pensando y reflexionando más que sobre néstor, sobre uno mismo. Con mi compañera, con compañeros de militancia -jóvenes también-, que son como hermanos. Con momentos de introspección sobre nuestra vida en los últimos siete años, pero con otros momentos de debate con el de al lado. No faltaron los chistes de velorio (siempre hay un amigo que tiene esa forma de humor que nos descontractura de repente, ja). Un amigo me dijo: “Che, no puede ser que esté muerto.” Y sabiendo que soy hincha de Independiente me hizo una broma para ponerme en un dilema: “Que elegirías -me preguntó- que Independiente gane una Libertadores o que resucite Néstor.” No lo dudé. “Que vuelva néstor ya!” le contesté. Tal vez a esa hora ya estuviéramos insolados y nos imaginábamos cantidad de boludeces. No quise redoblar la apuesta, porque en un instante de racionalidad me dije: “¿a ver si este loco resucita en serio y tengo que cumplir una promesa imposible de llevar adelante?” Al día siguiente en la contratapa de Página 12, Miguelito Rep nos demostró que nosotros no éramos los únicos insolados. Bromeando con los “huevitos kisner” y “las sorpresas” que nos daba néstor. La tira cómica bromeaba con “un dale”, “danos otra sorpresa néstor”, “resucitá!”.



Y también estaba lo que pasaba en compañeros desconocidos, adelante o atrás en la fila. Canciones, diálogos. Unos pibes parafraseando una canción de aliento al grupo de rock Divididos, decía: “Escucheló, escucheló, escucheló…, la aplanadora del rock an rol, es néstor Kirchner la puta que los parió…” Sacando la palabra “Divididos” de la versión original para poner néstor Kirchner. Ahí me dije “néstor es rock”. Ahí recordé la tapa de la revista rolling stone, de fin de año del 2003. Entre las figuras del año estaba néstor. Una revista bien entendida sobre el rock y también “comercial” y “apolítica” como el mismo género lo es había puesto a este tipo en su tapa. Qué estaba pasando. ¿Y que es el rock? Como dirían los separadores del programa de Capusotto: “el rock es esa cachetada de aire fresco…y bla. Todas metáforas que tratan de explicar algo que es mas bien un conjunto de sensaciones. Por ejemplo: la rebeldía, la transgresión. El rock, no explica las causas de la rebeldía, porque no quiere, porque no hace falta explicar esas causas. Y cuando quiere explicarlas, no puede utilizar más que unas tres o cuatro palabras para hacerlo. Están a vista de todos. Poder interpretar lo que es la injusticia debería ser parte de nuestro sentido común más humano, más interior. Y por sentir la injusticia, Néstor rompió un par de “guitarras” en el piso. No, como lo hecho algunos roqueros, como puesta escénica, como parte del show. Rompió “las guitarritas”, “el chamuyo” a que nos tenían acostumbrado nuestros gobernantes.





Recuerdo que muchos al principio, se mofaron, por su estampa o sus “condicionantes”. Otros, que empezamos a militar en los 90, tardamos en que “nos caiga la ficha”. No lo podíamos creer. ¿Este pingüino…, es o se hace? Y el pingüino, era así nomás. Pasa que hasta los militantes estábamos perdiendo la esperanza. Pero ahí estaba la rebeldía. La que mueve (por rotación y traslación) a la vida humana y a la Historia. Los hermanos de más a la izquierda le llamarán lucha de clases –y también es una forma legítima de llamarle-, y está bien que ellos se hayan tomado el “trabajo” de conceptualizar ese motor por más de 100 años.



Pero volvamos a la rebeldía. La del adolescente, la del niño. Muchos cronistas se preguntaron por la presencia de los jóvenes en las calles en esos días. Y es que néstor ha sabido tocar nuestras fibras más íntimas, interpelarnos, como el rock, con tres o cuatro palabras nada más. Pero por sobre todo, con “Actitud”.



Otra cuestión que es central en el rock y en todos los jóvenes en general, sean roqueros o cumbieros es: la cuestión de no ser “caretas”. Y no lo digo en sentido reducido con que se comprende el tema, en la dicotomía determinista y esterotipante de: “careta/drogón”. Lo pienso en un sentido más amplio, en como creo entender que piensan algunos de mis alumnos en la escuela. El “careta” es algo mas. El careta es el “hipócrita”. Hipocresía, una palabra demasiado difícil y afectada para que los pibes la repitan a cada rato. Para los más eruditos, recomiendo un texto que escribió Ernst Gombrich sobre la representación política. Se llama “La cara y la careta” (o algo así.., no sé… “googleenlon” che.) (O ver Goffman, Irving, Actuaciones en la presentación de la persona en la vida cotidiana, Bs As., Amorrortu, 1994). Nuestras “actuaciones” hablan por nosotros mismos. La “actuación” como cuestión teatral, pero mas que nada comprendida en los “actos”, las “acciones”. Pero bueno, me puse medio zonzo… y voy a volver a las lecturas que me enseñó mi viejo de Jauretche. Un Jauretche benevolente y ácido a la vez, habló de “zonceras”. Cotidianamente le decimos boludez. Un boludo es un tipo que no puede o no quiere ver lo evidente. No cree lo que pasa por delante de sus ojos (Todos somos un poco boludos a veces. Es un pecado humano).



Otro insulto que descubrí hace poco, en los pibes de la escuela es “anti”. Escuche que una vez decían que un mayor de la escuela que era “re-anti”. Sorprendido les pregunté a varios que significaba decirle “anti” a alguien. No me respondieron. Uno me miró como diciendo: “¿hace falta que se lo explique profe?”. Soy un poco lento, pero creí entender. ¿Y hace falta que expliquemos el concepto? No, es muy sencillo. Un anti es un anti y listo. Así de sencillo y de triste. ¿Qué alguien me diga cuál es la contracara del amor? Esa respuesta es quizás el ser un “anti”. Otro agravio verbal, muy extendido entre los pibes es “transa” y sería aplicable a algún presidente del país noventoso. Transa en todos los sentidos posibles. (El “transa” vende, se vende y no tiene escrúpulos. Pierde lo más tierno de su humanidad)



Y en este sentido néstor no era careta, no transaba, no era un anti (ni zonzo ni boludo), amaba, era alegre, se mostraba a nosotros mas por sus actos que por su oratoria (hacer y realizar). Y no solo no tenía careta sino que en siete años, la Argentina entera tuvo que sacársela. De acá a varias décadas para adelante, todos sabemos quién es quién en nuestro país: los militares, los empresarios, los dueños de diarios, los curas, el verdulero de la esquina y todos nosotros. Todos sabemos donde se ha parado cada uno.



Y tiene también cosas como el amor y la alegría, que tal vez son explícitos a veces, en el rock. El amor es algo que se siente o no se siente. Yo no puedo elegir a quien amar y a quien no. No puedo explicarte que ames. El amor a la compañera, a los compañeros, a los viejos que nos enseñaron, a los niños que vienen y van a venir. Endurecerse sin perder la ternura, como decía el Che. ¿Y la alegría…?. La alegría tampoco la podemos explicar. La alegría la llevamos adentro y en la cara, porque una vez, un tipo feo nos dió razones para la esperanza. De esa alegría que nos hablaba Jauretche. De esa alegría que deben tener los pueblos para luchar y construir. “Nos quieren tristes por que los pueblos tristes no vencen”. néstor nos dejo alegría, y para seguir evocando el rock, como canta Charly -¿hay algo mas rock que Charly?- “la alegría no es solo brasilera…, no mi amor…!”



¿No son estos, acaso los atributos de un niño o de un joven?. Ah…, me olvidaba de los caprichos. Cosa también de niños y de muchachos. Todo eso es néstor





“Seamos como el Che” dijo Fidel. Ese hombre nuevo. Pero ser como el Che, además de una alta dignidad, me pareció siempre una cuestión inalcanzable y ardua –una mochila pesada-. El General, el Pocho es también un tipo groso y distinto al resto de los mortales, es “el Conductor”. Salvando las enormes distancias de néstor con ambos, (para evitar debates con camaradas y compañeros ortodoxos) el pingüino es un tipo mas pedestre, cercano y humano. Un quijote (burlador y burlado), un “nacido para molestar” como también dijo Rep en un dibujito del diario. Un Eternauta como lo pintaron compañeros de agrupaciones juveniles. Pero también un tipo común, como uno mismo, que supo interpretar por lo menos, a jóvenes de entre 20 y 35 (yo estoy ahí, en el límite). Y estoy seguro que lo van a saber interpretar con la Historia, los jóvenes que vienen atrás, los que hoy tienen 15-19, porque van a descubrir códigos comunes con él. Todos podemos ser un néstor. Si… así, un tipo más, y lo escribo con minúsculas. Digo “seamos como un niño”: molestos, creativos, inocentes y soñadores.



Y por último dirigirme a nuestros compañeros dirigentes, a los que estaban atrás del jónca ese día y a los que no estaban también. Simplemente decirles algo que no pude decirles cuando entre a saludar a néstor a la rosada. Porque se me aflautó la voz y se me doblaron las rodillas como a un flojo -mi compañera me tuvo que abrazar y levantarme-. Se los digo ahora: sean como el Sancho que se quijotiza, como el Cruz que no deja solo a Fierro contra la partida. No dejen sola a Cristina, porque el Pueblo en la calle y la Historia se los demandará.











Comentarios

  1. una mirida profunda ,no clasica y realista cargada de objetividad y sentimiento.felicitaciones al autor por su calidad narrativa .

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