Longchamps, 19 de diciembre de 2010
"El
amor, madre, a la patria, no es el amor ridículo a la tierra ni a la
yerba que pisan nuestras plantas, es el odio invencible a quien la
oprime, es el rencor eterno a quien la ataca." En este fragmento del
poema Abdala, de José Martí, aparecen dos aspectos del ser humano, el
amor y el odio. También quedan al desnudo aquellos que movidos por
desmedidas ansias de posesión, son capaces de atacar y oprimir a otros
pueblos. Esto que tan claramente quedara plasmado en cuatro versos, lo
escribe el incipiente Apóstol de la Independencia Cubana a los quince
años de edad, en 1868, cuando con el Grito de Yara comienza la Guerra
contra el dominio de la Corona Española.
Es contra el mismo opresor que el poeta Vicente López y Planes denunciara: “¿No
los veis sobre Méjico y Quito arrojarse con saña tenaz? ¡Y cual lloran
bañadas en sangre, Potosí, Cochabamba y La Paz ! ¡No los veis sobre el
triste Caracas, luto y llantos y muerte esparcir! ¡No los veis devorando
cual fieras, todo pueblo que logran rendir!
Esta
estrofa del Himno Nacional Argentino, que junto con otras de los países
americanos son una muestra del por qué se puede desatar el odio al
opresor en los pueblos sojuzgados.
Con
la constitución de los nuevos países y sin haber logrado la definitiva
Independencia, fueron eliminados de los himnos las estrofas que se
consideraron ofensivas hacia España. Lo que no fueron eliminadas fueron
las ofensas de los países centrales hacia nosotros. El divide y
reinarás, aplicado por los imperios, encuentran mano de obra local,
vendidos que acicatean la xenofobia y pretenden hacer ver
como enemigo y extranjero, a los pueblos que unidos emprendimos la lucha
por nuestra primera independencia. Esto estuvo presente en cada guerra
fronteriza que nos hizo desangrar. Esto reapareció en los lamentables
sucesos de unos días atrás en la Ciudad de Buenos Aires.
Quisimos
refrescar la memoria con el espíritu de nuestra canción patria, a tanto
“nacionalista” que ve como extraño a un hermano latinoamericano y no a
un Banco o empresa transnacional, que viene a expoliarnos, cuyos nombres
nos resultan difíciles de pronunciar.
No es casual nada de esto. Sucede justo en tiempos en que se empieza a consolidar nuestra unidad continental.
Comenzamos citando al pensamiento de José Martí en su juventud.
Cuando
acabe la explotación del hombre por el hombre, la expoliación por parte
de una nación sobre otra, cobrará dimensión definitiva la premisa del
gran cubano, acuñada en su madurez: Patria es Humanidad.
Por eso, si alguna vez llego
a tu Nación, al portal de tu morada, piensa que algo tengo para
ofrecerte, seguramente menos de lo que tú tienes, pues estás en tu casa.
Solo te pido una cosa: no me llames extranjero.
De Cuba traigo un cantar
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Domingos de 19 a 22 Hrs.
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¡ Libertad a los 5 cubanos presos en Estados Unidos
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