ELPATRIOTA DE LOS POBRES, por JORGE LUIS UBERTALLI

Allá vá el general / con su batallón/ rojinegro pañuelo/ lleva en el cuello/ rumbo al Chipotón. / Allá va el general/ pasando Estelí/ Patria o Muerte le gritan/ los campesinos de Wiwilí.", dice la canción sandinista de Luis Enrique Mejía Godoy. Hacia el sol de la Libertad o hacia la muerte iría aquel nica chaparro, de ancho sombrero, botas y medio perfil desafiante que tuvo a la soldadesca yanqui "miada de miedo" durante casi 10 años. Y que fue asesinado en Managua, Nicaragua, el 21 de febrero de 1934, junto a sus generales campesinos Estrada y Umanzor, por orden de Anastasio "Tacho" Somoza García, jefe de la Guardia nacional y títere de los gringos que hasta hacía poco tiempo antes habían invadido la sagrada tierra pinolera. Un 18 de mayo de 1895 nació en Niquinohomo, pequeño villorio de Masaya, Augusto Calderón Sandino, hijo del finquero Gregorio Sandino y Margarita Calderón, madre soltera y atada a la tierra, de quien heredó esa C. que muchos transfiguraron en César. A los siete años de edad, Augusto padeció una invasión norteamericana, una más de las que se sucedieron luego de las tropelías del filbustero yanqui William Walker, quien, reestableciendo la esclavitud pretendía ser emperador centroamericano y fue ajusticiado en Honduras, y se anotició del heroísmo del general Benjamín Zeledón quien, en el cerro del Coyotepe, ubicado en la entrada a Masaya, murió combatiendo el 4 de octubre de 1912. Ya cadáver, su cuerpo fue mancillado por las hordas de la marinería yanqui, que lo transportaron en una carretilla hasta el cementerio de Catarina. Contaba Augusto con más de veinte años cuando debió marcharse de su suelo natal y luego del país debido a un entuerto suscitado con un caudillejo conservador local que había deshonrado a su madre, y al cual hirió a balazos. Su peregrinar a la Costa Atlántica, Honduras, Guatemala y México, done trabajó como obrero petrolero de la empresa Huasteca Petróleum Co., formaron su carácter recio, recto y consecuente. En 1926, una nueva incursión de los "marines" norteamericanos en Nicaragua lo halló en tierras mexicanas. La reacción de los pueblos a la prepotencia norteamericana horadando tierra pinolera con el sólo argumento de las armas para imponer títeres como Adolfo Diaz, vinculado a los emprendimientos mineros yanquis, no se hizo esperar. Hasta el presidente local, el "Peludo" Hipólito Irigoyen, se solidarizó con el pueblo insurrecto de Nicaragua, al igual que el general Enrique Mosconi, fundador de yacimientos Petrolíferos Fiscales (YPF). Y luego del golpe uruburista de 1930 en nuestro país, que destiló olor y color de petróleo, el doctor Arturo Orzábal Quintana, secretario de la Liga de Defensa del Petróleo argentino, puso como ejemplo, y desde su exilio en Uruguay, la resistencia sandinista al invasor, que comenzó en 1926. Utilizando fusiles extraídos del mar en el puerto de Bluefield, con la ayuda de las prostitutas del puerto, a contramano de los generales "constitucionalistas" traidores liderados por el general Juan Bautista Moncada que decidieron rendirse, mediante el pacto del Espino Negro, ante el enviado de los yanquis, Henry Stimpson, cuando éstos, a punta de bayonetas, impusieron un presidente conservador, Sandino marchó con sus treinta hombres desde la Costa Atlántica, a bordo de pipantes y a lo largo del rio Coco, hasta Las Segovias, donde plantó su campamento, alzándose antes con cartuchos de dinamita de las minas de San Albino, donde se había empleado ni bien regresó a su país. Ese 4 de mayo de 1926, día de la traición del Espino Negro, Sandino, levantándose en armas, dijo: "El 4 de mayo… es fiesta nacional, porque fue ese día en que Nicaragua probó a los ojos del mundo que su honor nacional no se humilla, que le quedaban hijos que con su sangre lavarían la mancha de los demás". El veterano coronel sandinista Santos López, contó a Carlos Fonseca Amador, fundador del Frente Sandinista de Liberación Nacional (FSLN), que ese 4 de mayo Sandino dijo a sus hombres que "desde ese mismo momento los jilgueros y todas las aves… serían los cantos que nos acompañarían en nuestra vida en las montañas". Ocho días mas tarde, desde Yalí, departamento de Jinotega, Augusto declararía su guerra: "Yo no estoy dispuesto a entregar mis armas en caso de que todos lo hagan… Yo me haré morir con los pocos que me acompañan porque es preferible hacernos morir como rebeldes y no vivir como esclavos". De Yalí se dirigiría a San Rafael del Norte, donde se casará con la joven segoviana telegrafista Blanca Arauz. Una vez llevada a cabo la ceremonia partirá hacia las montañas, declarando que seguiría la lucha hasta el fin. En julio de ese año dirá: "El hombre que de su patria ni siquiera exige un palmo de tierra para su sepultura, merece ser oído, y no solo ser oído sino también creído. Soy nicaragüense y me siento orgulloso de que en mis venas circule, mas que cualquiera otra, la sangre india americana, que por atavismo encierra el misterio de ser patriota leal y sincero…"De allí en más Sandino dará comienzo a la lucha por la liberación nacional y social de Nicaragua contra el invasor y sus secuaces locales, fundando el 2 de setiembre de 1927 el Ejército Defensor de la Soberanía de Nicaragua (EDSN), conformado por humildes hombres, mujeres, niños y ancianos, que combatieron contra mas de cinco mil soldados y 400 oficiales yanquis, secundados por aviones que arrasaron ciudades, aldeas, cuerpos y simientes. "Patria y Libertad" será la consigna sandinista. La enseña rojinegra flameará en las puntas de los mástiles enclavados en los campamentos guerrilleros de "mis agrestes montañas", como las llamaba Sandino. Miedos de miedo En Ocotal, cercados por la tierra en armas, los gringos lanzarán bombas que destrozarán carnes de pueblo. Poco tiempo mas tarde, en El Bramadero, los invasores se enfrentarán a los machetes sandinistas, que cercenarán cabezas y brazos en los famosos "cortes de chaleco", que inauguraron los yanquis contra los sandinistas. "No me vendo ni me rindo, yo quiero Patria Libre o Morir" dirá Sandino, y sus palabras, llevadas por zenzontles, dantos, garrobos, gatos de monte, guardatinajas, y todos los animalitos, plantas y gentes de la montaña a los cuatro vientos, continuarán aquel grito de guerra de Andrés Castro, quien, mientras lanzaba piedras a las huestes invasoras del filbustero Walker, gritaba "que se rinda tu madre". El ejemplo de Sandino y sus hombres correría como reguero de pólvora. El peón de campo Francisco Sequeira, conocido como Pancho Cabulla y su esposa Conchita Alday, embarazada, se alzarán también contra la soldadesca extranjera, y serán asesinados en el poblado de El Viejo, de Chinandega. En Jinotega, Chontales, Boaco, León, La Costa Atlàntica y hasta en Managua los vientos del pueblo pronunciarán palabras de aliento para Sandino y su ejército de desarrapados. Pedro Altamirano (Pedrón), Rufo Marín, Ramón Raudales, Francisco Estrada, Juan Pablo Umanzor, Gregorio Colindres, Pedro Antonio Irías, Abraham Rivera, Miguel Angel Ortez, Pedro Blandón y tantos otros campesinos y artesanos se convertirían en generales y coroneles del EDSN, al igual que el propio Sandino. "No abandonaré mis montañas mientras quede un gringo en Nicaragua. No abandonaré mi lucha mientras falte un derecho para enderezar. Mi causa es la causa de mi pueblo, la causa de América, la causa de todos los pueblos oprimidos", arengaría el general. Los gringos, "miados de miedo", comenzaron a ver otra solución al problema. Y dejaron su caballo de Troya: la Guardia Nacional, jefeada por Anastasio Somoza García y entrenada en lo militar e ideológico por los yanquis, que ya habían tomado nota de la impopularidad de sus barbaridades e insolencias en suelo nicaragüense. Por otra parte, Sandino, ya en México y en busca de ayuda, se encontró con que la dirección del Partido Comunista de ese país se la negó, con el argumento de que el general Sandino no había hecho declaraciones contra el gobierno mexicano. Diría Sandino en 1929, estando en México: "Nos agobiaba el silencio, el aislamiento, la desesperación de permanecer ignorados. Nos hacía falta que el mundo conociera que aún estábamos en lucha… la lucha ha seguido en Nicaragua, tan intensa como antes, pero el dinero norteamericano nos ha hecho el silencio. La batalla de la comunicación, como se diría ahora, no le fue favorable al General de Hombres Libres. Que también sentenciará: "Hasta el presente, nuestro Ejército reconoce el apoyo que los sinceros revolucionarios le han prestado en su ardua lucha; pero con la agudización de la lucha, con la creciente presión por parte de los banqueros yanquis, los vacilantes, los tímidos, por el carácter que toma la lucha, nos abandonan. Solo los obreros y campesinos irán hasta el fin, solo su fuerza organizada logrará el triunfo". Hasta 1933, el general Sandino correrá a balazos y machetazos a los yanquis y sus mandados, que dejarán el país, lo que hará que aquel acepte la paz. Sin embargo, el 2 de febrero, las fuerzas mercenarias de la Guardia Nacional desarmarán a los antiguos combatientes sandinistas y causarán estragos y saqueos a las cooperativas formadas por los antiguos combatientes, sus familias y demás campesinos, a instancias de Sandino, en Wiwilí. Desde ese momento, Sandino viajó cuatro veces hasta Managua, aún sabiendo lo que significaban los partidos tradicionales Conservador y Liberal y su vinculación estrecha con la embajada norteamericana. El 24 de mayo de 1933, el jefe revolucionario antiimperialista le escribirá a su "hermano" en la lucha, Francisco Estrada: "Querido hermano: La situación de Nicaragua es la siguiente: La Guardia nacional… es una institución contraria a las leyes y a la constitución de la república, ha sido creada por un convenio entre el partido Liberal y Conservador por indicación de la intervención norteamericana…". Mostrándose afín a la creación de un nuevo partido que lidiara con las dos caras de la oligarquía nica, y al que sugería llamar Partido Autonomista; ya allegado a Nicaragua el nuevo embajador yanqui Arthur Bliss Lane y traicionado por el presidente Sacasa, Sandino y sus generales Estrada y Umanzor fueron asesinados en el Campo de Marte de Managua el 21 de febrero de 1934. Antes de ser ultimados por orden de Somoza García y la Embajada, Sandino tuvo palaras laudatorias para su ex compañero de armas salvadoreño Agustín Farabundo Martí, comunista, quien fuera asesinado el 22 de febrero de 1932 durante una fracasada insurrección en su país. "Nos separamos colmados de tristeza"- diría Sandino antes de ser malmatado, refiriéndose a Agustín- "en la mayor armonía: como dos hermanos que se quieren y no pueden comprenderse". Luego del asesinato de los tres generales, al que siguió mas tarde el del hermano de Augusto, Sócrates, el presidente Sacasa fue sacado de circulación y Tacho Somoza se hizo de las riendas del país, hasta el 21 de setiembre de 1956, cuando fue ultimado a balazos por el poeta Rigoberto López Pérez cuando se hallaba en una fiesta con sus amos yanquis. "Allá va el general/ con su batallón/ con sus hombres valientes/ libera Nicaragua/ del invasor"- continúa la canción. Y también la lucha. Porque "Sandino Vive" en su pueblo que hoy sigue combatiendo a los invasores de siempre y sus nuevos secuaces. Jorge Luis Ubertalli Augusto Sandino luchó en Nicaragua. Su adversario fue la ocupación norteamericana. Murió a manos del inescrupuloso Anstasio Somoza, el 21 de febrero de 1934.

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  1. Augusto Sandino luchó en Nicaragua. Su adversario fue la ocupación norteamericana. Murió a manos del inescrupuloso Anstasio Somoza, el 21 de febrero de 1934.

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