ESPECIAL FIDEL 85 AÑOS



¿Cuántos Fideles hay en este Fidel que en estos días cumple 85 años de muy vivida existencia? Seguramente que muchos. Tantos que no alcanza la memoria para evocarlo.
Hay un Fidel -menos conocido-, que desde muy joven se puso en marcha para, en los claustros universitarios, comenzar un intenso camino de agitación que lo llevó pocos años después a militar activamente - haciendo honor a un internacionalismo al que luego abrazaría con pasión- contra el dictador dominicano Leónidas Trujillo.

Hay otro Fidel que se dio cuenta enseguida que todas las teorías del mundo no son suficientes si no se ejerce una práctica audaz e inteligente contra el autoritarismo, y junto con un puñado de valientes asaltó el Moncada, abriendo así un sendero que no se detendría más hasta la toma del poder, una meta imprescindible si se quiere hacer una Revolución con mayúsculas.

Pero qué decir de ese Fidel, que con Raúl, el Ché y otros tantos patriotas desembarcó del Granma, y cuando todo parecía venirse abajo, entre cadáveres de sus mejores hermanos y las balas del enemigo, contó los fusiles y se repitió varias veces, como para que lo oyeran los esbirros de la dictadura batistiana, que con esa decena de hombres que quedaban en pie, ganarían la batalla.

Del Fidel de Sierra Maestra habría mucho para contar. Él mismo lo ha hecho recientemente, con su estilo locuaz y sumamente descriptivo, en dos libros de lectura imprescindible para entender de qué se trató esa epopeya :"La contraofensiva estratégica" y "La victoria estratégica". Allí, en aquellas montañas victoriosas, apareció con toda claridad el Fidel combatiente, el estratega militar capaz de convertir en triunfo aplastante lo que minutos antes iba camino a convertirse en derrota, el Fidel compañero de sus compañeros, severo cuando se trataba de hacer que se cumplan sus órdenes, sabedor de que cualquier duda en un combate tan desigual como el que libraban, podía hacer capotar el proyecto revolucionario. Pero también supimos en esos pocos años de batalla directa contra la soldadesca de Batista, de ese Fidel que respetaba la vida de sus enemigos una vez que eran capturados en combate, marcando de esa forma un territorio de humanidad, que en varias ocasiones provocó deserciones masivas entre los uniformados del régimen, y generó las bases para que pocos miles de rebeldes vencieran a un ejército regular y bien equipado de cien mil soldados, que contaban con tanques, aviones bombarderos, y la ayuda internacional de los imperios yanqui e inglés.




Después, cuando los barbudos felizmente marcharon victoriosos hacia La Habana, en aquellos días memorables del 59, comenzó a desarrollarse la vida de un Fidel que terminó asombrando al mundo. Revolucionario hasta la médula, liberó a su pueblo de la opresión y de la cultura gringa que lo asfixiaba, expropió y nacionalizó todo lo que antes era de cuatro magnates subordinados a la mafia norteamericana, y ejerció el internacionalismo con la misma potencia que antes había desarrollado para derrotar al tirano. Codo a codo con el Che, no dudó de emprender una prolongada marcha para conquistar la por ahora pendiente segunda Independencia latinoamericana. Venció al Apartheid sudafricano, ayudó a liberar Angola, abrazó a Salvador Allende y apretó los puños de rabia, como pocos, cuando se enteró que su hermano Guevara caía en combate en Ñancahuazu.

Cuántos rebeldes del continente se siente enormemente agradecidos por lo que hizo Cuba por ellos, cuántos luchadores por el socialismo no hubieran podido gestar múltiples hazañas en sus países sin la decisión solidaria y comprometida de Fidel y sus compañeros. La lista es extensa y a través de ella, Cuba y su Revolución fueron escribiendo páginas de dignidad imposibles de olvidar.




En esos años y en los venideros, Fidel debió multiplicarse, para que la Isla no se hundiera tras la caída del bloque socialista, para intervenir con clarividencia en temas de deuda externa, anunciando antes que ninguno, que la misma era impagable por ilegítima. También propuso soluciones para cuidar y defender el medio ambiente, o encarar gigantescas iniciativas en temas de educación y salud para su pueblo, que luego fueron y son derivadas de manera solidaria hacia el resto del mundo.




Sin embargo, la madre de toda las batallas fue la que libró Fidel, abrazado con su pueblo, contra el criminal bloqueo imperialista. Medio siglo de obligadas carencias, que fueron derrotadas a punta de digno coraje y la convicción de que a las revoluciones verdaderas se le oponen miles de escollos. Para que semejante agresión no pueda salir airosa, Fidel lo repitió siempre, la medicina es tener conciencia revolucionaria y convicción de que se libra una batalla justa, forjar una inmensa unidad de los de abajo, y sacrificarse hasta las lágrimas.




"Después de Dios, Fidel", dijo emocionado un agradecido ciudadano de Haití, al defender las misiones médicas y alfabetizadoras que el gobierno cubano derramó por todo el mundo, llegando allí donde nadie se atrevía. Eso es lo que en estos días todos los que agradecemos su necesaria vigencia tenemos la obligación de recordar cuando nombramos a Fidel. Nunca, pero nunca, nos falló. Lo decimos desde la constatación de saber en que clase de mundo vivimos, donde la felonía, la corruptela, el transfuguismo y la claudicación se han convertido en moneda corriente. Frente a esas lacras, Fidel, Cuba, su pueblo, la vieja guardia y las jóvenes generaciones revolucionarias, siempre han mostrado que se puede. Que con voluntad política y conciencia revolucionaria no hay enemigo invencible.




Ahora, que el Comandante, ese mismo al que su pueblo llama cariñosamente "el caballo", sigue galopando con tantas ansias de futuro, ahora que ese enemigo al que le soportó la mirada, a pesar de tenerlo a sólo 90 millas, comienza a derrumbarse, tal cual anunciara el propio Fidel en aquel acto memorable junto con Hugo Chávez en la provincia de Córdoba, ahora que combina sabias reflexiones con gestos imborrables de ternura hacia quien considera su hijo político venezolano -como tal, también hacedor de revoluciones- y le anima para batallar contra su sorpresiva dolencia, ahora, cuando sus palabras en defensa de la vida contra la muerte que sigue derrochando el Imperio allí donde se asienta, ahora, precisamente, es tiempo de homenajear a Fidel. De decirle, sin rubores de ningún tipo, que lo queremos por todo lo hecho, y por todo lo que seguramente seguirá haciendo. No es cursilería, ni obsecuencia decir esto, no somos ni una cosa ni la otra y sabemos de ambas por vivir en países donde se practican con desmesura, sólo se trata de hacer justicia con alguien al que desde que nos apareció la conciencia, siempre tuvimos de nuestro lado.

Por muchos años más, Fidel. Para que nuestros enemigos sigan rabiando, y los de abajo y a la izquierda (como diría el Subcomandante Marcos) festejen con ganas tu noble y vital existencia.




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Fidel y el chaleco moral




Fidel es un símbolo internacional de resistencias, luchas y victorias. Es un vencedor. Por lo mismo el imperio no lo admite ni le perdona su rebeldía, y siempre quiso tenerlo fuera del escenario político.

Abner Barrera R. / AUNA-Costa Rica

El próximo 13 de agosto Fidel cumplirá 85 años. Para sorpresa de muchos -y enojo de sus enemigos-, en distintas partes del mundo los revolucionarios y amigos de Cuba celebrarán el natalicio del legendario guerrillero cubano y gran estadista del siglo XX y parte del XXI.

Durante varias décadas, los enemigos de Fidel han vaticinado contra él todo tipo de muertes, incluyendo fecha y hora (entre ellos pululan los Montaner, los Vargas Llosa, los Oppenheimer, los Matos y un sinnúmero de mafiosos y trasnochados más). El mismo Comandante ha dicho en varias ocasiones: “el día que de verdad me muera, nadie va a creer”. Los publicistas del imperio que disfrutan a sus anchas de las páginas de los diarios reaccionarios, se han pasado la vida calumniando a Cuba y a sus dirigentes; algunos han hecho carrera política a costas del agravio, otros se han llenado los bolsillos de dólares y, también están los que han recibido recompensas por sus publicaciones en contra de Cuba. Todavía hoy, cada Reflexión escrita de Fidel o sus apariciones públicas, ponen a temblar a sus enemigos y remueve el actual sistema, defendido por los capitalistas depredadores del ser humano y la naturaleza.

El Comandante llega a sus 85 años derribando enemigos, pero arropado del pueblo cubano y de los pueblos que resisten y luchan por su liberación. En 1996 en una entrevista para la Cadena Telemundo, la periodista miamense María Elvira Salazar le preguntó: “¿Cuál usted considera que es su peor enemigo?”. Fidel le respondió: “¡Mi peor enemigo! Yo creo que no tengo enemigos peores, porque creo que todos los enemigos se pueden vencer”. Y así ha sido, por eso los pueblos pobres del mundo se sienten identificados con él.

Fidel es un símbolo internacional de resistencias, luchas y victorias. Es un vencedor. Por lo mismo el imperio no lo admite ni le perdona su rebeldía, y siempre quiso tenerlo fuera del escenario político; en ese afán, no ha cesado de estar detrás de los innumerables intentos de acabar con su vida. La norteamericana Estela Bravo evidencia en su documental Fidel la historia no contada que, a la pregunta: “Cuántos atentados han habido contra usted”, Fidel responde: “Lo sabré cuando llegue al cielo”. Una forma de decir, que han sido muchos y que su seguridad personal sólo ha podido señalar los que llegaron a detectar.

Diego Armando Maradona en su programa La Noche del 10, el 2005 entrevistó a Fidel en La Habana. Ante la consulta: “¿Cómo imagina el futuro de Cuba, cuando usted no esté en el escenario?”. El Comandante le dijo: “La imagino como una gran potencia moral. Con un gran nivel de dignidad, que está dando algunos ejemplos de lo que puede hacerse. La imagino también como un país que demuestra lo que significa el capital humano, las ventajas de la educación, lo que puede hacerse con el hombre, lo que puede hacer un país pequeño aún bloqueado. Somos invulnerables y no exagero. ¿Cómo? No lo voy a decir, ellos lo saben. Por mucho que a veces subestiman a los demás”.

¿Habrá hoy algún gobierno, presidente o ex presidente capaz de expresarse de esta manera? ¿Qué líder político puede afirmar que su pueblo posee potencia moral, dignidad, educación e invulnerabilidad frente al enemigo? Esta realidad expresa mucho sobre la férrea unidad existente entre el pueblo cubano y sus gobernantes.

En 1979, cuando el presidente cubano tenía que viajar a Nueva York, un periodista le lanza la pregunta: “¿Siempre está protegido con su traje?”. Fidel reacciona: “¿Cuál traje?”. El periodista puntualiza: “Todo el mundo dice que usted tiene un chaleco a prueba de balas”. El Comandante –desabotonándose la camisa verde oliva y mostrando su pecho sin ningún chaleco- le responde sonriendo: “Voy a desembarcar así en Nueva York. Tengo un chaleco moral; es fuerte, ese me ha protegido siempre”.

¡Qué increíble! Sus enemigos se han pasado la vida tratando de eliminarlo, y el gallardo revolucionario dice que la coraza que porta es moral.

Las ideas revolucionarias y los principios de justicia, verdad e igualdad son el blindaje de Fidel. Ahí está él, con sus 85 años, bien acuerpado por Cuba socialista y por los pueblos revolucionarios del mundo. No hay tecnología moderna que sea capaz de sustituir ese chaleco.





Ilustración: "Fidel", de Oswaldo Guayasamín.






Fidel
Por Juan Gelman
Del poemario “Gotán” (1962).

dirán exactamente de fidel
gran conductor el que incendió la historia etcétera
pero el pueblo lo llama el caballo y es cierto
fidel montó sobre fidel un día
se lanzó de cabeza contra el dolor contra la muerte
pero más todavía contra el polvo del alma
la Historia parlará de sus hechos gloriosos
prefiero recordarlo en el rincón del día
en que miró su tierra y dijo soy la tierra
en que miró su pueblo y dijo soy el pueblo
y abolió sus dolores sus sombras sus olvidos
y solo contra el mundo levantó en una estaca
su propio corazón el único que tuvo
lo desplegó en el aire como una gran bandera
como un fuego encendido contra la noche oscura
como un golpe de amor en la cara del miedo
como un hombre que entra temblando en el amor
alzó su corazón lo agitaba en el aire
lo daba de comer de beber de encender
fidel es un país
yo lo vi con oleajes de rostros en su rostro
la Historia arreglará sus cuentas allá ella
pero lo vi cuando subía gente por sus hubiéramos
buenas noches Historia agranda tus portones
entramos con fidel con el caballo





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Fidel Castro Ruz






Nació el 13 de agosto de 1926. A los 27 años de edad organizó y encabezó el asalto al cuartel Moncada, que dio inicio en Cuba a una nueva y definitiva etapa de liberación. Condenado a prisión, desde ésta creó el movimiento 26 de Julio, evitando que la lucha decayera. Organizó, desde México la expedición del yate Granma y como jefe de 82 expedicionarios desembarcó en Cuba el 2 de diciembre de 1956. Se convirtió entonces en: Fundador del Ejército Rebelde y de la nueva Cuba revolucionaria. Comandante en Jefe de la lucha guerrillera y máximo dirigente del Movimiento 26 de Julio. Fundador del primer Estado socialista en el hemisferio occidental y del Partido Comunista de Cuba. Vencedor junto a su pueblo de las tropas mercenarias que estimuladas, preparadas y pagadas por el imperialismo yanqui desembarcaron en Cuba por Playa Girón, en abril de 1961.Estadista inclaudicable en la Crisis de Octubre ante la amenaza atómica a Cuba por parte de los Estados Unidos, en 1962. Guía permanente del pueblo cubano en la lucha contra las bandas contrarrevolucionarias, las agresiones de todo tipo de los gobiernos estadounidenses, el bloqueo establecido contra Cuba durante más de cuarenta y cinco años. Triunfador en la búsqueda de alternativas para sobrevivir y desarrollarnos durante el Período Especial impuesto a nuestro pueblo. Luchador internacionalista incansable. Vocero perseverante de los países pobres del mundo. Comandante en Jefe decidido a enfrentar junto a su pueblo, desde la primera línea, la agresión que intente realizar el imperialismo norteamericano. Combatiente inclaudicable por demostrar que un mundo mejor es posible. Creador y guía de la Batalla de Ideas. Líderincuestionable por siempre de la Revolución cubana.

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Opiniones sobre Fidel Castro Ruz, tomadas del libro ABSUELTO POR LA HISTORIA, de Luis Báez. Editorial Ciencias Sociales, La Habana, 2002.


De Abdelazis Bouteflika, presidente de la República Argelina Democrática y Popular:

El mundo entero lo conoció en 1959 como Fidel Castro, pero en el 2001 sigue siendo el mismo hombre, con el mismo rigor, la misma integridad, la misma moral, el mismo enfoque, la misma presencia, los mismos ideales, tanto para su pueblo, como para la humanidad.

Hemos tenido el inmenso privilegio de tener como amigo al compañero Fidel que nunca nos ha fallado. Fidel viaja al futuro, regresa y lo explica.



De Agostino Casarolli, cardenal italiano, ex secretario de Estado del Vaticano:

Tengo un recuerdo con un poco de nostalgia, porque he encontrado no sólo al país sino a un hombre de inteligencia superior, de gran cultura y con ideas. Naturalmente no coincidimos en todas las ideas, pero en fin la conversación fue muy interesante y también, bajo ciertos aspectos, agradable. Hablar con un adversario inteligente, es mucho mejor que hablar con un amigo no inteligente. De manera que el recuerdo, es un buen recuerdo.



De Alicia Alonso, bailarina cubana:

Él no es local. Él es parte de la historia. No sólo de nuestra historia, sino de la historia de la humanidad.

Pienso que es tan grande que se convierte en una partecita, en una cosa sencilla. Si sintiera lo grande que es, lo mataría el peso.



De Arcadio Calvo, babalao cubano:

Soy cubano cien por cien, de esta tierra no me mueve nadie y además, mis santos protegen a Fidel.



De Armando Llorente, español, sacerdote jesuita y profesor en el Colegio de Belén donde estudió Fidel. Esta evaluación es de 1945:

Fidel Castro cursará la carrera de Derecho y no dudamos que llenará con páginas brillantes el libro de su vida. Fidel tiene madera y no faltará el artista.



De Celia Sandy, escritora inglesa, nieta de Winston Churchill, ex primer ministro de Gran Bretaña:

Conversar con Fidel Castro es como ir al cielo.



De Conchita Fernández, cubana, secretaria:

Fidel es un hombre lleno de bondad y ternura.



De David Rockefeller, banquero norteamericano:

Fidel Castro está muy bien informado. Habla con gran entusiasmo de las cosas que hizo y que son positivas. Es un ser muy carismático y lleno de optimismo.



De Diego Armando Marodna, futbolista argentino:

Fidel Castro es una personalidad imposible de olvidar.



De Ernesto Cardenal, sacerdote y poeta nicaragüense:

Pero lo que más me impresionó fue su genio. Suele haber genio para una sola cosa, pero Fidel es genio en muchas.

Hombres como él surgen pocas veces en la vida.



Del comandante Ernesto Che Guevara:

Hay varias características en su vida y en su carácter que lo hace sobresalir ampliamente por sobre todos sus compañeros y seguidores; Fidel es un hombre de tan enorme personalidad que, en cualquier movimiento donde participe, debe llevar la conducción y así lo ha hecho en el curso de su carrera desde la vida estudiantil hasta el premierato de nuestra patria y de los pueblos oprimidos de América.

Tiene la característica de gran conductor, que sumadas a sus dotes personales de audacia, fuerza y valor, y a su extraordinario afán de auscultar siempre la voluntad del pueblo lo han llevado al lugar de honor y de sacrificio que hoy ocupa.



De Frey Betto, teologo brasileño:

Fidel Castro es un hombre privilegiado por su formación cristiana, su opción marxista y la asimilación de la prédica martiana. Es una persona tímida, que casi pide permiso para ser quien es... A pesar de toda su genialidad, de toda la historia que encarna, consigue hacernos sentir su hermano.



De George McGovern, político norteamericano, ex senador por el Partido Demócrata:

Una vez que conocí al Presidente Castro, mi opinión sobre su capacidad, realmente se alzó mucho.



De Harry S. Truman, ex presidente de los Estados Unidos:

Creo que Fidel Castro es un buen muchacho que parece desear el bien para el pueblo cubano, siendo así debemos simpatizar con él y ayudarles a hacer lo que sea correcto para su pueblo.



De John F. Kennedy, intelectual, político, ex presidente de los Estados Unidos:

Fidel Castro forma parte del legado de Bolívar. Debíamos haber dado al fogoso y joven rebelde una más calurosa bienvenida en su hora de triunfo.



De Juan XXIII, en medio de la Crisis de Octubre en 1962:

Embajador, diga de mi parte a mi hijito (Fidel) que resista, que el Santo Padre ora por él y por Cuba.



Juan Domingo Perón, militar, político, ex presidente de Argentina:

Cuando los países no se entregan, o no lo pueden penetrar, dan un golpe de Estado o ponen un gobierno obediente.

La gran virtud que yo veo en la Revolución Cubana y en la acción de Fidel, es precisamente eso; les puso allí un dique que no han podido pasar.



De Julián Mayfield, novelista norteamericano:

Abrahan Lincoln y Fidel Castro inevitablemente hubieran sido grandes amigos. Yo dudo que Lincoln tenga algo de común con el general Eisenhower. Lincoln se sentiría a gusto en las calles de La Habana, pero sería un extranjero en Washington.



De Julio Cortázar, escritor argentino:

Fidel es el escultor de la Revolución cubana.



Kevin Costner, actor norteamericano:

Ver mi última película, Trece días, al lado de Fidel Castro es una experiencia para toda la vida.



De Kirby Jones, periodista y empresario norteamericano:

Fidel Castro es uno de los hombres más encantadores y joviales que cualesquiera de nosotros hubiera conocido antes.



De Lucius Walker, reverendo norteamericano:

No hay dudas de que Fidel Castro sigue siendo el primer estadista del planeta.



De Mario Benedetti, escritor y poeta uruguayo;

Fidel Castro es hoy por hoy la más importante figura política del Continente americano y una de las más destacadas de la historia contemporánea. La figura de Fidel sigue siendo aleccionante.



De Mary Hemingway, escritora norteamericana:

He realizado uno de mis mayores anhelos: conocer personalmente a Fidel Castro. Un hombre sencillamente estupendo.



De Miguel Barnet, escritor cubano:

Fidel es una esperanza, una idea, una escuela.



De Oliver Stone, director de cine norteamericano

Fidel Castro es la personalidad más fascinante que he conocido.



De Oscar Niemeyer, arquitecto brasileño:

Por las tardes recibo a los amigos para conversar y a veces hablamos de filosofía. Pero cuando ellos se refieren a Platón, yo estoy pensando en Fidel Castro.



De Oswaldo Guatasamín, pintor, escultor, muralista ecuatoriano:

Jamás nadie me dio la impresión de una cosa íntegra, de un personaje total, en todos sus aspectos, en cada una de sus frases, como Fidel.



De Pablo Neruda, poeta chileno:

El que no esté con Cuba, con su revolución, con Fidel astro, está del otro lado, del lado de la ignominia y de la traición.



De Rafael Alberti, poeta español:

Las ideas como las que Fidel Castro defiende no envejecen nunca.



De Ramsey Clark, ex fiscal general de los Estados Unidos:

Fidel ha mostrado que es posible que un país en medio de la lucha sin recursos eduque, proporcione vivienda, salud, trabajo y todo lo que requiere la humanidad. Y miren el resto del mundo. Necesitamos ese modelo.



De Richard Copland, presidente de la Sociedad Estadounidense de Agentes de Viaje:

Fidel Castro es el hombre más cortés y agradable que he conocido en mi vida.



De Richard Nixon, ex presidente de los Estados Unidos:

Debemos estar seguros de un hecho: Fidel Castro posee esas cualidades indefinibles que le permiten ser un líder de hombres.



De Roger Ireson, secretario general de la Junta de Educación Superior y Ministerios de la Iglesia Metodista Unida de los Estados Unidos:

Fidel Castro es un líder de dimensión mundial, apasionado y con una gran visión del mundo y con un compromiso en la lucha por la igualdad y la esperanza de un futuro mejor.



De Sydney Pollack, cineasta norteamericano:

Fidel Castro ya no es un personaje, sino que es más grande que la vida misma. Es un líder mundial extremadamente inteligente.



De Volodia Teitelboim, intelectual y político chileno:

Lo digo en todas partes, si los Estados Unidos tuvieran un Presidente el 10 por ciento de Fidel, sería un gran país democrático.



De Wright Mills, escritor norteamericano:

Fidel Castro no fomenta el culto al individuo, sino a los hechos de la Revolución.

De un cubano que huyó en 1980 hacia los Estados Unidos, expresado en una Corte Judicial de Miami con los cinco héroes cubanos injustamente encarcelados en ese país:

Manténganse firmes, coño, no traicionen a la Patria. No le fallen al Comandante, y no se preocupen, que él no los va a dejar solos.

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EL FIDEL CASTRO QUE YO CONOZCO
Por Gabriel García Márquez.

• Su devoción por la palabra.

• Su poder de seducción.

• Va a buscar los problemas donde estén.

• Los ímpetus de la inspiración son propios de su estilo.

• Los libros reflejan muy bien la amplitud de sus gustos.

• Dejó de fumar para tener la autoridad moral para combatir el tabaquismo.

• Le gusta preparar las recetas de cocina con una especie de fervor científico.

• Se mantiene en excelentes condiciones físicas con varias horas de gimnasia diaria y de natación frecuente.

• Paciencia invencible.

• Disciplina férrea.

• La fuerza de la imaginación lo arrastra a los imprevistos.

• Tan importante como aprender a trabajar es aprender a descansar. Fatigado de conversar, descansa conversando.

• Escribe bien y le gusta hacerlo.

• El mayor estímulo de su vida es la emoción al riesgo.

• La tribuna de improvisador parece ser su medio ecológico perfecto. Empieza siempre con voz casi inaudible, con un rumbo incierto, pero aprovecha cualquier destello para ir ganando terreno, palmo a palmo, hasta que da una especie de gran zarpazo y se apodera de la audiencia. Es la inspiración: el estado de gracia irresistible y deslumbrante, que sólo niegan quienes no han tenido la gloria de vivirlo.

• Es el antidogmático por excelencia.

• José Martí es su autor de cabecera y ha tenido el talento de incorporar su ideario al torrente sanguíneo de una revolución marxista.

• La esencia de su propio pensamiento podría estar en la certidumbre de que hacer trabajo de masas es fundamentalmente ocuparse de los individuos. Esto podría explicar su confianza absoluta en el contacto directo.

• Tiene un idioma para cada ocasión y un modo distinto de persuasión según los distintos interlocutores. Sabe situarse en el nivel de cada uno y dispone de una información vasta y variada que le permite moverse con facilidad en cualquier medio.

• Una cosa se sabe con seguridad: esté donde esté, como esté y con quien esté, Fidel Castro está allí para ganar.

• Su actitud ante la derrota, aun en los actos mínimos de la vida cotidiana, parece obedecer a una lógica privada: ni siquiera la admite, y no tiene un minuto de sosiego mientras no logra invertir los términos y convertirla en victoria.

• Nadie puede ser más obsesivo que él cuando se ha propuesto llegar a fondo a cualquier cosa.

• No hay un proyecto colosal o milimétrico, en el que no se empeñe con una pasión encarnizada. Y en especial si tiene que enfrentarse a la adversidad. Nunca como entonces parece de mejor talante, de mejor humor. Alguien que cree conocerlo bien le dijo: Las cosas deben andar muy mal, porque usted está rozagante.

• Las reiteraciones son uno de sus modos de trabajar. Ej.: El tema de la deuda externa de América Latina, había aparecido por primera vez en sus conversaciones desde hacía unos dos años, y había ido evolucionando, ramificándose, profundizándose. Lo primero que dijo, como una simple conclusión aritmética , era que la deuda era impagable. Después aparecieron los hallazgos escalonados: las repercusiones de la deuda en la economía de los países, su impacto político y social, su influencia decisiva en las relaciones internacionales, su importancia providencial para una política unitaria de América Latina... hasta lograr una visión totalizadora, la que expuso en una reunión internacional convocada al efecto y que el tiempo se ha encargado de demostrar.

• Su más rara virtud de político es esa facultad de vislumbrar la evolución de un hecho hasta sus consecuencias remotas...pero esa facultad no la ejerce por iluminación, sino como resultado de un raciocinio arduo y tenaz.

• Su auxiliar supremo es la memoria y la usa hasta el abuso para sustentar discursos o charlas privadas con raciocinios abrumadores y operaciones aritméticas de una rapidez increíble. Requiere el auxilio de una información incesante, bien masticada y digerida.

• Su tarea de acumulación informativa principia desde que despierta. Desayuna con no menos de 200 páginas de noticias del mundo entero. Durante el día le hacen llegar informaciones urgentes donde esté, calcula que cada día tiene que leer unos 50 documentos, a eso hay que agregar los informes de los servicios oficiales y de sus visitantes y todo cuanto pueda interesar a su curiosidad infinita.

• Las respuestas tienen que ser exactas, pues es capaz de descubrir la mínima contradicción de una frase casual.

• Otra fuente de vital información son los libros. Es un lector voraz. Nadie se explica cómo le alcanza el tiempo ni de qué método se sirve para leer tanto y con tanta rapidez, aunque él insiste en que no tiene ninguno en especial. Muchas veces se ha llevado un libro en la madrugada y a la mañana siguiente lo comenta. Lee el inglés pero no lo habla. Prefiere leer en castellano y a cualquier hora está dispuesto a leer un papel con letra que le caiga en las manos.

• Es lector habitual de temas económicos e históricos. Es un buen lector de literatura y la sigue con atención.

• Tiene la costumbre de los interrogatorios rápidos. Preguntas sucesivas que él hace en ráfagas instantáneas hasta descubrir el por qué del por qué del por qué final.

• Cuando un visitante de América Latina le dio un dato apresurado sobre el consumo de arroz de sus compatriotas, él hizo sus cálculos mentales y dijo: Qué raro, que cada uno se come cuatro libras de arroz al día.

• Su táctica maestra es preguntar sobre cosas que sabe, para confirmar sus datos. Y en algunos casos para medir el calibre de su interlocutor, y tratarlo en consecuencia. No pierde ocasión de informarse.

• Durante la guerra de Angola describió una batalla con tal minuciosidad en una recepción oficial , que costó trabajo convencer a un diplomático europeo de que Fidel Castro no había participado en ella. El relato que hizo de la captura y asesinato del Che, el que hizo del asalto de la Moneda y de la muerte de Salvador Allende o el que hizo de los estragos del ciclón Flora, eran grandes reportajes hablados.

• Su visión de América Latina en el porvenir, es la misma de Bolívar y Martí, una comunidad integral y autónoma, capaz de mover el destino del mundo.

• El país del cual sabe más después de Cuba, es Estados Unidos. Conoce a fondo la índole de su gente, sus estructuras de poder, las segundas intenciones de sus gobiernos, y esto le ha ayudado a sortear la tormenta incesante del bloqueo.

• En una entrevista de varias horas, se detiene en cada tema, se aventura por sus vericuetos menos pensados sin descuidar jamás la precisión, consciente de que una sola palabra mal usada, puede causar estragos irreparables. Jamás ha rehusado contestar ninguna pregunta, por provocadora que sea, ni ha perdido nunca la paciencia .

• Sobre los que le escamotean la verdad por no causarle más preocupaciones de las que tiene: Él lo sabe. A un funcionario que lo hizo le dijo: Me ocultan verdades por no inquietarme, pero cuando por fin las descubra me moriré por la impresión de enfrentarme a tantas verdades que han dejado de decirme. Las más graves, sin embargo, son las verdades que se le ocultan para encubrir deficiencias, pues al lado de los enormes logros que sustentan la Revolución -los logros políticos, científicos, deportivos, culturales- hay una incompetencia burocrática colosal que afecta a casi todos los órdenes de la vida diaria, y en especial a la felicidad doméstica.

• Cuando habla con la gente de la calle, la conversación recobra la expresividad y la franqueza cruda de los afectos reales. Lo llaman: Fidel. Lo rodean sin riesgos, lo tutean, le discuten, lo contradicen, le reclaman, con un canal de trasmisión inmediata por donde circula la verdad a borbotones. Es entonces que se descubre al ser humano insólito, que el resplandor de su propia imagen no deja ver. Este es el Fidel Castro que creo conocer: Un hombre de costumbres austeras e ilusiones insaciables, con una educación formal a la antigua, de palabras cautelosas y modales tenues e incapaz de concebir ninguna idea que no sea descomunal. Sueña con que sus científicos encuentren la medicina final contra el cáncer y ha creado una política exterior de potencia mundial, en una isla 84 veces más pequeña que su enemigo principal.

• Tiene la convicción de que el logro mayor del ser humano es la buena formación de su conciencia y que los estímulos morales, más que los materiales, son capaces de cambiar el mundo y empujar la historia.

• Lo he oído en sus escasas horas de añoranza a la vida, evocar las cosas que hubiera podido hacer de otro modo para ganarle más tiempo a la vida.

Al verlo muy abrumado por el peso de tantos destinos ajenos, le pregunté qué era lo que más quisiera hacer en este mundo, y me contestó de inmediato: pararme en una esquina.








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