La Mesa de las Cuatro Patas del Sistema de Salud

UN DESAFÍO SOLIDARIO




Una propuesta de Jorge Rachid



Los argentinos nos aprestamos a iniciar un nuevo período histórico, de construcción del modelo social solidario que durante los años de neoliberalismo, fue arrasado, deconstruído por sucesivas reformas legislativas que tenían por objetivo fragmentar el cuerpo social de nuestro país, establecer el lucro como eje de construcción individual y eliminar los modelos solidarios que habíamos generado hacia principios del siglo XX; desde la escuela pública al sistema sanitario, desde la cultura del trabajo hasta el afianzamiento de las empresas estratégicas del estado, con el esfuerzo de nuestros trabajadores y dirigentes con conciencia nacional como Scalabrini Ortiz, Jauretche. Yrigoyen, Perón, Cooke entre otros cientos de hacedores de la conciencia nacional.



Los gobiernos sucedidos desde el 2003 a la fecha han marcado un rumbo indeleble con la recuperación del estado como ordenador final del conflicto social y de los intereses complejos de un país que venía de una crisis terminal en una virtual ocupación, concebido a la sombra de la  democracia limitada por el Mercado y el Consenso de Washington. Recuperando además del estado, a la política, que fue atacada y vilipendiada por los dueños del poder durante décadas, restableciendo la misma como herramienta indispensable y única en el camino de modelar una nueva sociedad basada en la solidaridad. Desplazar al mercado como ordenador no es una tarea menor y no se hace por decreto; se afianza con políticas generalmente confrontativas, porque el capital y el lucro nunca son propensos a compartir y mucho menos a dejarse fijar límites sociales ante su voracidad. Esto seguirá por mucho tiempo en una pulseada que bienvenida sea, porque de su desarrollo dependerá la solidez de los nuevos paradigmas, que surgen como reclamos de la conciencia colectiva del pueblo argentino, único constructor de la historia.



El gobierno de la Presidenta Cristina Fernandez de Kirchner ha sido en este sentido capaz de establecer los parámetros de acumulación de fuerzas por un lado, y de objetivos de desarrollo en cada tiempo político, por el otro. Supo derrotar el saqueo de las AFJP, impuso la Ley de Medios en una dinámica de consulta y de síntesis en todo el país que la hace una ley única en su participación democrática, pudo superar la derrota de los sectores concentrados de la riqueza en la confrontación con el llamado “campo” y  avanzó en el modelo de desarrollo científico-tecnológico que da sustento al país industrial , acotando los márgenes de lo financiero a lo productivo en especial con las nuevas funciones del Banco Central, que dejó de estar al servicio del capital especulativo  y que dominara la escena política y la mente de los argentinos transformándonos en rehenes de recetas externas durante décadas.



En este sentido marcar la agenda a futuro en el sector salud es sin dudas un desafío. Lo es porque sigue siendo una hipoteca pendiente en su aspecto estratégico y porque se ha avanzado mucho mas en los indicadores de salud de la población, desde determinantes ajenos al sector, que desde el propio ministerio a saber: agua corriente, cloacas, trabajo, seguridad social, asignación universal por hijos, viviendas y obras de infraestructura acompañaron la vocación del desarrollo con  inclusión social y calidad de vida sin dudas de nuestro pueblo. De ahí también su acompañamiento electoral, por lo cual el desafío es doblemente importante en salud, porque no se puede retroceder a los planes del Banco Mundial, ariete sobre el cual a partir de generar endeudamiento, se fragmentó por programas la conciencia sanitaria y se destruyeron los sistemas solidarios de salud. Por otro lado no se puede desconocer el esfuerzo del pueblo argentino en el financiamiento del sistema a través del salario diferido de los trabajadores, el que ha sido intrusado y violado por los sistemas prepago del lucro, las aseguradoras financieras y el afán codicioso y voraz de la industria farmacéutica multinacional, poniendo en riesgo la continuidad en las prestaciones.



Del gasto de salud de 122 mil millones de pesos anuales, 17 mil son aportados por el PAMI es decir salario solidario de trabajadores activos (3%) y pasivos (11%), otros 17 mil millones de los Institutos Provinciales, verdaderos ejes en sus regiones de los planes sanitarios, y mas de 30 mil millones de las obras sociales sindicales, lo cual habla por sí de donde se obtienen los recursos genuinos del sistema. A estas cifras además  agregamos el aporte del sector público hospitalario que ronda los 40 mil millones por año, con lo cual obtenemos aproximadamente cerca de 105 mil millones de pesos genuinos.



El problema entonces no son los recursos, ni de donde vienen. El problema es adonde van los recursos, ya que vimos como se generan. Ahí vemos la mano del Banco Mundial, organizando la salud desde la dictadura militar y la década neoliberal de los 90, con el PAMI gerenciado y desfinanciado en 1995, las obras sociales desreguladas permitiendo la introducción de las prepagas como cuña en el sistema solidario, las ART rechazando los siniestros laborales y enfermedades profesionales de los trabajadores, los hospitales disminuídos en sus finanzas por haber sido municipalizados y provincializados, constituyendo en definitiva un mapa de expectativas de vida y de salud injusto a nivel nacional.



Es claro que con semejantes recursos, de los mayores en el área en Latinoamérica, debemos preguntarnos hacia donde tenemos que ir en materia de salud? En primer lugar debemos jerarquizar la salud como derecho humano esencial a proteger y conservar con toda la carga del estado puesta a su servicio, desde lo materno infantil a lo laboral, desde la vida sana a la tercera edad, vivir sano y morir sano es un desafío de la sociedad. El negocio del lucro es la enfermedad, nunca la preservación de la salud; lo que traduce en mas medicamentos muchas veces innecesarios, la cronificación de las enfermedades antes que su cura, campañas publicitarias masivas sobre medicamentos que evitarían determinadas enfermedades y que deberían estar prohibidas por ley que llevan a la iatrogenia medicamentosa, prolongación artificial de vida en enfermos terminales, medicamentos biológicos de dudosa eficacia, alto costo y baja incidencia, los paciente como rehenes de saberes profesionales no trasmitidos, cobros indebidos en los sistemas solidarios como los gastos de bolsillos, el kioscado hospitalario de servicios, entre otros temas que hacen al lucro y al dispendio de los recursos solidarios de la salud, que caen en manos inescrupulosas manchadas de dolor, padecimientos y muerte, no sólo del paciente sino de su núcleo familiar.



De ahí que sea necesario pensar y plantear un sistema de salud solidario, donde el eje sea la preservación de la salud con esfuerzo compartido por todos los sectores que constituyen hoy el esfuerzo solidario, desgraciadamente destinado hoy mas a la atención de la enfermedad que al apuntalamiento de la salud.



La Mesa de las 4 Patas la constituyen las obras sociales sindicales, los institutos provinciales, el hospital público y el PAMI, que se constituyen con fondos solidarios y que, sin perder su identidad prestacional, puedan dar respuestas a las áreas críticas que hoy horadan el sistema sanitarios de salud en la Argentina. Dicho esquema puede darse desde la compra conjunta de medicamentos de alto costo y baja incidencia; haciendo convenios con la producción pública de medicamentos en especial los casos de seguimientos de enfermos crónicos; las compras por cartera abierta de prótesis y ortesis; el apuntalamiento conjunto en el país de los sectores críticos como terapias intensivas, diálisis, unidades coronarias, la fijación de aranceles prestacionales a los prestadores externos, desde la Seguridad Social y con precios iguales ante universos diferentes; tomar medidas conjuntas frente al rechazo sistemático de las ART que termina atendiendo el sistema solidario en cualquiera de sus instancias; protocolizar las prácticas médicas a nivel país; incidir en las currículas de formación de los trabajadores de salud a futuro, desde médicos a enfermeros, desde administradores de la salud a kinesiólogos y bioquímicos,  farmaceúticos y odontólogos, entre los desafíos que vayan surgiendo, apuntalando el sistema sanitario con controles anuales en educación, para el seguimiento escolar hasta su egreso secundario y el deporte como herramienta impulsora de integración social y de vida sana.



Esto se puede realizar con voluntad política y objetivos claros. No se trata de eliminar ningún sistema actual existente lo cual sería gravoso para la población. Tampoco se trata de juntar los recursos dejando con un criterio financiero que sigan los mismos actores del lucro que desfinacian y deterioran las prestaciones, ni es un problema de como se le saca poder político a los sindicatos, que durante años soportaron el peso prestacional sobre sus espaldas cuando las crisis, el desempleo y la miseria asolaba la Argentina. Se trata de constituir un Consejo Nacional de la Seguridad Social que presidido por el ministerio de Salud, coordine la acciones de todo el país, constituyendo un fondo común que sirva para dar respuestas puntuales, desde decisiones conjuntas con militancia sanitaria y federal, que vaya dando soluciones en cada rincón de nuestra patria de acuerdo a su realidad. Así será por ejemplo en Buta Ranquil el apuntalamiento del Hospital Público con recursos de todos los sectores desde el instituto neuquino, al PAMI hasta las pocas obras sociales de la zona, que permita dar la mejor respuesta concentrada en el lugar. Así será por ejemplo donde las obras sociales tienen efectores propios dando respuestas al sector público, o el PAMI en Rosario, o los ADOS en el sur y en otros puntos del país.



Se trata de un desafío que tienda a la reconstrucción de la solidaridad, que afirme un modelo de desarrollo social que permita la comunidad organizada en su participación, que evite el saqueo de los fondos solidarios desvirtuando el aporte de los trabajadores, que fortalezca la salud antes que la enfermedad, que irrumpa sobre el trabajo en negro e infantil, verdaderas lanzas de deterioro humano y de la seguridad social por parte del capitalismo especulador, que controle a niños desde su nacimiento y acompañe al anciano con dignidad en lo existencial, sin tener que mendigar prestaciones ni calidad de vida. En definitiva que el chico que nace en Tartagal tenga la misma expectativa de vida que quien nace en CABA, Córdoba o Mendoza,  que quien vive en nuestro país sepa que está inserto en una sociedad mas justa e igualitaria, con movilidad social ascendente que permite vislumbrar un futuro esperanzador.



Carrillo vive y el movimiento nacional a partir del peronismo debe cumplir su magnífico legado en un Plan Nacional Integrado de Salud.



JORGE RACHID
noviembre de 2011



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