¡malvinas!!
MALVINAS: UNA AMPUTACION NO ASUMIDA
Por Jorge Rachid
Si alguien pregunta en la calle a cualquier argentino que
haría esa persona en caso de ser el país invadido por un ejército extranjero y la Nación colonizada, seguro
que la mayoría expresaría su rechazo y una alta proporción estaría dispuesto a
luchar por la Patria,
para expulsar al invasor.
Debemos preguntarnos entonces porqué si el país sufre desde
hace casi 180 años una ocupación colonial en manos del Reino Unido de Gran
Bretaña, mientras nuestra respuesta cotidiana al planteo tiene, en el mejor de
los casos, algún grado de tibieza, de racionalidad especulativa, de medir
relaciones internacionales, de observar el flujo de capitales, mirar el resto
de los países, buscar equilibrios antes que expresar con toda la fuerza y
firmeza el rechazo visceral al colonialismo, la prepotencia, el uso de la
violencia que han aplicado sobre nosotros como pueblo soberano, en un delito
internacional como es la ocupación armada, que se prolonga en el tiempo, es
decir sigue desarrollándose en cada instante, con una fuerza militar operativa
ofensiva , para ser aún mas preciso, sería un delito actual pasible de ser
juzgado hoy, ante la llamada Corte Internacional de La Haya..
Sin dudas esa ocupación territorial, producto de la necesidad
del Imperio en ese momento, 1833 de controlar el Atlántico Sur, encadenado como
bien lo explica el profesor Fernando Del Corro, con las posesiones de
Gibraltar, la isla Asención, mas tarde la Ciudad del Cabo, la isla Santa Helena y parte de
las islas caribeñas, en un diseño imperial que se sumó, desde lo militar, a la
ocupación y saqueo financiero y cultural de América Latina, produciendo desde
la llamada Balcanización o sea la fragmentación de los pueblos y los espacios
geográficos en múltiples países, gracias a una inteligente diplomacia, cargada
de dinero para corromper gobernantes, endeudar a los pueblos, producir guerras
fraticidas como la de la Triple Infamia
sobre Paraguay, dominando desde la política hasta la moneda, en estos territorios
latinoamericanos, durante casi un siglo.
Pero esa historia ha sido al menos acotada en los términos
mas feroces del colonialismo de los siglos XlX y XX, sin embargo el tema
Malvinas sigue ahí congelado, como si el tiempo se hubiese detenido y la conciencia
nacional arrumbado frente a la humillación nacional que significa la presencia
colonial en nuestras tierras.
O será acaso que nuestra memoria histórica ha sido colonizada
por un relato anglófilo, determinante sin dudas de una concepción eurocentrista
de la mirada internacional, apuntalada en las currículas escolares de estudios en
generaciones de argentinos. Es la historia contada por los que escribieron las
humillaciones de nuestra soberanía tanto económica como militar, como victorias
nacionales.
Desde los créditos de la Barhing Brodhers
en la gestión Rivadavia. El mismo que le dio la espalda a la gesta libertadora
del Gral. San Martín, desconociendo a su ejército, sin embargo relatado en la
historia oficial, como el primer presidente y modelo de estadista. Quienes no
dudaron en subirse a los barcos de la armada franco-inglesa en Obligado para
garantizar el libre comercio a los piratas de los mares, eran argentinos que no
dudaron en aliarse con Inglaterra para su lucha intestina contra Rosas, cuando
las Malvinas ya habían sido ocupadas. Los mismos que convocaron al ejército
brasileño para la batalla de Caseros, preludio sin dudas de la telaraña fina
tejida por el Reino Unido para librar luego, con ejércitos casi mercenarios de
sus intereses, la Guerra
de la Triple Infamia
contra el pueblo hermano del Paraguay. Mientras nuestros “próceres” hacían los
deberes imperiales, las Malvinas seguían ocupadas.
Así no nos debe sorprender que los ingleses hayan encontrado
en las clases dirigentes argentinas de entonces, sus mejores armas para
consolidar su presencia pirata en nuestras islas. Los mismos que escribieron
esa historia sesgada que ocultó a nuestros patriotas desde Artigas a Felipe
Varela, desde el gobernador Vernet al Gaucho Rivero, como después intentaron
ocultar y victimizar a nuestros héroes de Malvinas como forma de enterrar su
gesta gloriosa a la hora de entregar su vida por la Patria.
La desmalvinización, el ocultamiento, la tergiversación de la
reinvindicación nacional como política, por la circunstancia histórica de una
dictadura genocida, como si lo uno anulase lo importante que demostró ese hecho
hace 30 años, que la conciencia colectiva del pueblo guarda en lo mas profundo,
que es la necesaria recuperación de nuestras hermanas perdidas, como forma de
recuperar integridad territorial, como hoy estamos construyendo la unidad
latinoamericana como forma de reparación al siglo XlX, de fragmentación y
colonización geográfica y económica impuesta por el Imperio Inglés.
Ese Imperio que hoy intenta pasar desapercibido, como
gendarme de la potencia dominante hegemónica como es EEUU, sigue teniendo una
presencia mundial con trece colonias en
la actualidad y la construcción del Commonnwheald, cuyo término significa
“riqueza común”, comunidad de naciones asociadas al reino inglés, que suman al
día de hoy 57 naciones mas 13 colonias. Con esa base desconocida por la mayoría
de los pueblos además su presencia en el Consejo de Seguridad de las Naciones
Unidas con derecho a veto, le ha permitido desconocer desde siempre las
resoluciones del pleno de naciones, votadas masivamente en la Asamblea de la ONU, de negociar con nuestro
país el tema de la soberanía de las islas Malvinas. Es el mismo reino que habla
de paz y democracia en el mundo y sigue ejerciendo por la fuerza una ocupación
a miles de millas de su territorio, con una fuerza desplegada de tipo ofensivo,
no defensivo como aduce, con capacidad de despliegue sobre el resto del
territorio nacional argentino, con capacidad nuclear disuasoria, que garantiza
la continuidad de su presencia depredatorias en los mares territoriales
argentinos.
Hay quienes creen que los reclamos actuales que el Gobierno
Nacional realiza son simplemente tácticos, pese a que han convocado a la mas
importante demostración de de solidaridad latinoamericana desde el conflicto de
1982, al impedir los países del Mercosur la utilización de puertos nacionales a
los buques con bandera pirata malvinense, en una reivindicación común del
espacio territorial americano frente a las agresiones imperiales. Agresión que
es vivida hoy como una forma de
depredación de los recursos naturales del mar austral, desde el petróleo
herramienta estratégica hoy hasta los recursos ictícolas de la pesca selectiva
que degrada la fauna eliminando millones de peces, léase proteínas para el
mundo, en cada campaña de buques factoría que operan con impunidad y patente de
corso inglés.
Podemos pensar
entonces, como nos alertaba el Gral. Perón en su mensaje del primero de mayo de
1974 titulado Modelo Argentino Para un Proyecto Nacional, que la batalla del
futuro a librar por los pueblos libres, era la defensa de los recursos
naturales en especial lo no renovables y en particular el agua dulce, ya
caracterizado como el eje del próximo siglo para la humanidad y nos decía ese
viejo sabio que los imperios vendrían por ello, con la dominación y con la
fuerza de ser necesario. Ese es el fundamento inglés de su presencia en
Malvinas, base de operaciones de su despliegue futuro con los mismos colmillos
de antaño, como en 1833, en especial en éste año de discusión del Tratado
Antártico a nivel internacional, donde pretende exhibir derechos.
Por otro lado quienes creen en la inutilidad del reclamo,
desconocen que el Reino Unido ha debido negociar otros enclaves coloniales
frente a situaciones geopolíticas desfavorables como el Estrecho de Gibraltar
con España, otra potencia colonial con Ceuta y Melilla en África, hasta Hong Kong con China cediendo décadas de
dominación, como antes tuvo que hacerlo, no sin antes crear condiciones favorables
a sus intereses con los territorios coloniales del medio oriente y Asia. O sea
que la búsqueda permanente de aliados estratégicos, los reclamos en todos los
foros internacionales que se presenten y los atajos necesarios para “obligar” a
los ingleses a negociar debe ser apoyada por el conjunto del pueblo argentino,
independientemente de su adscripción política, cercana o lejana al gobierno,
evitando el carancheo perverso realizado con los combatientes de la guerra del
82.
La excusa inglesa de los kelpers como pueblo soberano no
resiste el menor análisis ya que la ocupación con población trasplantada no
genera soberanía popular de autodeterminación, menos aún que planteen como una
agresión aquellas medidas destinadas a doblegar la actitud soberbia de su
negativa a negociar. Esas medidas desde prohibir los vuelos hasta cerrar los
puertos son solo algunas de las medidas que pueden ser tomadas en una escalada
destinada a recuperar las islas, que necesariamente afectarán los intereses
ingleses en nuestro país y en Latinoamérica como así también la vida diaria de
los pobladores de Malvinas hasta hoy privilegiados por la situación colonial,
con el mayor ingreso per cápita del mundo, por los subsidios y recursos
aportados desde la metrópoli y las regalías originadas en la explotación
depredatorias de nuestros mares. Esos habitantes no son un pueblo, son parte de
las fuerzas de ocupación sin uniforme, cumpliendo un rol colonial y sin
derechos soberanos.
Los argentinos tenemos nuestra cuota de responsabilidad en la
continuidad de la colonización malvinense al no haber incorporado como una
demanda continua, permanente en nuestro conciente colectivo como pueblo la
necesidad de reparar la amputación sufrida antaño. Hemos tenido relatores aliados a la colonización,
historiadores que aún hoy siguen planteando subliminarmente su dejo de desazón
por haber combatido en las invasiones inglesas como pueblo, de haber librado
las gestas de Obligado, el Quebracho y otras batallas memorables, de haber
mantenido la neutralidad en ambos conflictos mundiales intercapitalistas, en
defensa de intereses imperiales de cualquier signo y por supuesto de haber
ocupado en el 82, que sin dudas atrasó cualquier negociación pero constituyó
una gesta nacional, identitaria con la cuota de sacrificio y heroísmo que nos
llena de orgullo como pueblo, mas allá de las especulaciones de quienes la
decidieron para ocultar sus crímenes en el marco de la dictadura militar. Esa
gesta permitió corroborar que la conciencia nacional tiene incorporada a Malvinas
como un hecho colonial a reparar mas temprano que tarde, debe volver a ser
parte de la integridad territorial de nuestro país.
JORGE RACHID
Caba, 06/02/12
jorgerachid2003@yahoo.com.ar
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