COLOMBIA,LA APUESTA DE LOS BARBAROS


COLOMBIA
LA APUESTA DE LOS BARBAROS
Por Jorge Luis Ubertalli
Desde los “Pájaros” del Valle y Caldás, los “Aplanchadores” de Antioquia, los “Penca Ancha” de las sabanas de Sucre y la “Policía Chulavita” de Boyacá, engendrados en los años 50 del pasado siglo, los paramilitares colombianos, fuerza de choque de la reacción, apadrinados por los EE.UU. y aunados a las fuerzas represivas oficiales y a los grandes terratenientes devenidos en narcotraficantes, a las multinacionales petroleras y otros emprendimientos capitalistas legales o ilegales, se constituyeron en azote del pueblo. Hoy, guardias blancas como las “Aguilas Negras” y otros grupos, discípulos a su vez de las Autodefensas Unidas de Colombia (AUC), conformadas a mediados del 90 por bandas paramilitares de los 32 departamentos de Colombia, recrean sus masacres y amenazas frente a la actualidad de paz y lucha política, forma principal de la lucha de clases, que se instala en el país.
El proceso de pacificación de Colombia, que subsume la lucha política como elemento principal de la confrontación contra la oligarquía, la gran burguesía y el imperialismo y que desde el 23 de abril se simboliza en el partido Marcha Patriótica, que comprende a 1700 organizaciones sociales y políticas populares, es resultado de variables que se han manifestado en estos últimos años, fundamentalmente desde el cese del mandato presidencial de Alvaro Uribe, presidente narcoparamilitar, quien se mantuvo en el cargo por ocho años. (2002/2010). Son las mas importantes:
- La imposibilidad de las fuerzas represivas colombianas de derrotar por las armas a las fuerzas revolucionarias de las FARC y el ELN, que combaten en el país desde mediados de los años 50 e inicios de los años 60, respectivamente.
- La creciente compatibilidad económica entre los gobernantes de Colombia y Venezuela Bolivariana, signada por emprendimientos económicos conjuntos en el rubro energético, entre ellos, la construcción de un gasoducto binacional y un oleoducto que unirá a Venezuela, en el Atlántico, con el Pacífico colombiano, desde donde el segundo país exportará crudo a China, como hoy lo hace Venezuela. China financia este oleoducto así como la construcción de una via férrea interoceánica que permitirá a ambos países sudamericanos emprender negocios de un lado a otro de los Océanos. En este contexto, el presidente colombiano Manuel Santos, hoy en China, firmó con la potencia comunista asiática nueve convenios vinculados con la energía, la producción alimentaria, la infraestructura ferroviaria, aeroportuaria, ferroportuaria y vial, y está en vias de firmar un Tratado de Libre Comercio (TLC) con el país celeste. (www.colombia.diariocritico.com) El primer ministro de China, segundo socio comercial de Colombia luego de EE.UU., Wen Jiabao, dijo en una reunión con Santos estar interesado en formar parte de la Alianza del Pacífico, auspiciada por EE.UU. y conformada por México, Chile y Perú, para neutralizar la UNASUR, la CELAC y el ALBA. Con el fin de impedir la jugada de EE.UU. en cuanto a reconstruir su perdida hegemonía en su otrora “patio trasero marítimo”: el Pacífico, China se asienta en el subcontinente.
- La tendencia, consecuente con estos acuerdos internacionales intra y extrazona, del gobierno colombiano y un sector de la burguesía de ese país de eliminar hipótesis de conflicto con la Venezuela bolivariana, lo que podría incidir en un mediano plazo en cuanto al posible desmantelamiento de las bases norteamericanas asentadas en Colombia que, con la excusa de combatir al “narcoterrorismo”, se constituyen en cabezas de playa en relación con el asedio a la Venezuela bolivariana y Ecuador, ambos insertados en el ALBA, y a otros países de Nuestra América.
Oscuros intereses
Las fuerzas represivas colombianas, que suman 500.000 efectivos entre militares de las tres armas y policías, y que recibieron multimillonarias ayudas de EE.UU., además de contar con 2000 asesores norteamericanos, israelíes y de otras nacionalidades, necesitan la continuación de la guerra contra las FARC y el ELN como el vampiro la sangre humana. Sin guerra no se justifican ‘ayudas’- que para el año entrante se calculan, según el Departamento de Estado, en 142 millones de dólares para la “lucha antidroga” frente a 160,6 millones del año en curso- asesores, negocios armamentísticos y otros correlativos, a la par que se pone al desnudo la verdadera esencia del accionar de las fuerzas represivas y los paramilitares, a ellas vinculados: el narcotráfico. Iniciado en los años 60 en gran escala a través de los Cuerpos de Paz de EE.UU., laboratorios como Merck, de donde salieron los primeros lotes de cocaína enviados hacia EE.UU.( de ahí el mote de merca del blanco alucinógeno), la CIA, la DEA y el Pentágono, asociados con grandes terratenientes del país, el narcotráfico se constituye en una de las fundamentales fuentes de corrupción estatal, esencialmente focalizada en las Fuerzas Armadas, de Seguridad y Paramilitares. (ver “Colombia en la Mira”, del autor, Ediciones “Compañero”, 1999, Buenos Aires, Argentina). Por ello, la obcecación por provocar a las FARC, al ELN y proseguir la guerra, impidiendo cualquier proceso que ponga en primer plano la lucha política de las fuerzas revolucionarias- lo que no implica de ninguna manera desarmarse-es una necesidad estratégica de los imperialistas norteamericanos, las Fuerzas Armadas Colombianas y la entente oligárquico-burguesa vinculada al narcotráfico, el armamentismo y demás lacras. En este marco los bárbaros apuestan, como lo vienen haciendo hace añares, a la barbarie. En ella se inscriben los asesinatos y secuestros-desapariciones de varios integrantes del flamante partido Marcha Patriótica, calificado de ser una fachada legal de las FARC por los militares locales, luego de la actividad pública del 23 de abril que congregó a 90 mil personas- 2 asesinados, 2 secuestrados-desaparecidos, 9 detenidos-; las recientes amenazas de muerte contra la ex senadora y hoy directiva del Colectivo Colombianos y Colombianas por la Paz (CCP), Piedad Córdoba, las amenazas de los grupos paramilitares “Aguilas Negras” y “Rastrojos” contra directivos de organizaciones sociales (1) y la manipulación del caso del periodista francés Romeo Langlais, recientemente capturado por una unidad de las FARC cuando, vistiendo uniforme militar, acompañaba a las Fuerzas Armadas del país en un ataque contra la guerrilla fariana en el sureño departamento de Caquetá. Langlais, de 35 años, corresponsal televisivo y de Le Figaro, había denunciado el saqueo aurífero del país por parte de la Gran Colombia Gold, empresa cuya presidenta y accionista mayor es Consuelo Araujo, ex Canciller de Uribe, quien debió renunciar en su momento al cargo por vinculaciones familiares con el narcotráfico y el paramilitarismo. La permisividad del Ejército para con Langlais en cuanto a trasladarse a la zona de combate con uniforme militar, que dio origen a una investigación ordenada por el Procurador General de la República, indicarían, según fuentes, que las Fuerzas Armadas permitieron la compañía del periodista para, en el momento del combate, asesinarlo y culpar de ello a las FARC, lo que hubiera creado un repudio general local y del pueblo y gobierno de Francia hacia esa organización. Por su parte, las FARC han pedido que Langlois sea canjeado por el ex director de la agencia ANNCOL, Joaquín Pérez Becerra, detenido en Caracas el 24 de abril del pasado año. Y han solicitado un debate público sobre “Que es el periodismo en Colombia y la Libertad de Prensa”. Según la agencia ANNCOL, 25 periodistas de la cadena Caracol fueron entrenados por el Ejército colombiano el 18 de noviembre del 2009 para la guerra, vestidos con uniformes verde olivo y armados con fusiles Galil, de procedencia israelí. La agencia sostiene también que reporteros de Caracol, RCN, RadioW o El Tiempo, periódico vinculado a la familia del actual presidente, “siguen el manual de las Fuerzas Militares”. (http//youtu.be/JrVQ2jQ4724 y http://anncol1.blogspot.com.ar).
Son, al decir de ANNCOL, “soldados con micrófonos”.
En tanto, el Partido Marcha Patriótica inicia su derrotero, aunque no sin incertidumbres. Cuando la guerrilla fariana auspició durante los años 80 al partido legal Unión Patriótica, que obtuvo miles de votos y cuyos integrantes llegaron a ocupar varias alcaldías, los paramilitares asesinaron a 3.800 de sus miembros, obligando a la organización a retomar el camino de la lucha armada y regresar a la clandestinidad. Está en la esencia de los reaccionarios militaristas y narcoparamilitares colombianos impedir cualquier proceso de pacificación y salida política a las fuerzas populares. Esperemos que esta vez la renovada apuesta de los bárbaros por la violencia, el genocidio y la guerra contra el pueblo sea definitivamente repudiada y liquidada.
(1) En un panfleto fechado el 8 de mayo, los paramilitares “Aguilas Negras” manifestaron: “…declaramos objetivo militar a las directivas de las organizaciones que a continuación relacionamos y quienes son financiadas por la guerrilla para el trabajo con la población y la construcción de su nuevo movimiento Marcha Patriótica, el cual eliminaremos al igual que en años anteriores: FENSUAGRO, ASOCAMDES, CONAP, CND, ANDESCOL, REINICAR, FUNHASCOL, MANE, ANDAS, MESA NACIONAL, CASA DE AMISTAD CON VENEZUELA, FEDERACION NACIONAL SINDICAL NUEVO LIDERAZGO CAMPESINO”. Por su parte, Olga Amparo Sánchez, directora de la ONG Casa de la Mujer, quien compareció junto a Piedad Córdoba ante las amenazas recibidas, indicó que también las organizaciones de Derechos Humanos “Ruta Pacífica, Arco Iris y la Casa de la Mujer” habían sido amenazadas de muerte por los “Aguilas Negras” y “Rastrojos”. (noticias.univisión.com(américa-latina/colombia/article) 10/5/2012

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