Villa Manuelita


 por JORGE UBERTALLI


 
 
 
Corría septiembre de 1955 y la oligarquía argentina, apoyada por la Iglesia reaccionaria, los militares cipayos, los grandes capitalistas, las potencias imperiales y los racistas de toda laya derrocó mediante un golpe militar al gobierno constitucional de Perón. En ese momento, la clase obrera argentina y los pobres en general pidieron armas para combatir a los fascinerosos, pero al serles negadas el movimiento contrareaccionario fracasó, Perón marchó al exilio y el país se sumió en la desesperanza y el saqueo imperial y burgués local. En una Villa de Emergencia de Rosario, poblada de humildísimos compañeros, llamada “Villa Manuelita”, los vecinos colocaron un cartel que rezaba : “Las potencias del mundo reconocen a Lonardi” (jefe militar del golpe antipopular), “Villa Manuelita No”. Los generales gorilas enviaron soldados a quitar el cartel, fueron rodeados, desarmados por los vecinos y devueltos a sus unidades. Esto viene a cuento sobre lo que hoy sucede en el mundo.
 
Incendio en las vísperas
 
La República de Corea, mas conocida como Corea del Sur, instaló aquí su embajada en febrero de 1962, un mes antes de haber sido derrocado por los militares ultramontanos el presidente Arturo Frondizi. Argentina, entonces, sólo estableció relaciones con aquel país ocupado por miles de soldados norteamericanos y no con su contraparte norteña, la República Popular Democrática de Corea (RPDC), agredida en aquel momento por todos los reaccionarios del mundo por “comunista”.
Recién diez años más tarde, durante el gobierno de Héctor J. Cámpora, “el Tio”, la RPDC pudo establecer relaciones con nuestro país, a pesar de las presiones de fascistas locales y extranjeros y del imperialismo norteamericano. Las relaciones duraron cuatro años. En la “Declaración Conjunta Sobre el Establecimiento de Relaciones Diplomáticas entre la República Argentina y la República Popular de Corea”, firmada el 1 de junio de 1973, se establecía la relación bilateral en base al “respeto recíproco a los principios de soberanía, no intervención en sus asuntos internos o externos, igualdad y beneficio mutuo…” (…) “ Ambos gobiernos reafirman que el respeto a dichos principios es indispensable para promover la liberación de los pueblos del Tercer Mundo…” ( negritas son del autor). Durante esos años la legación de Corea del Sur hizo lo posible, siempre a instancias de los yanquis, por boicotear las relaciones entre la RPDC y nuestro país. Y lo logró plenamente una vez instaurada la Dictadura Militar de Videla, Agosti y Massera el 24 de marzo de 1976. Los primeros en sufrir las consecuencias de la dictadura fueron los compañeros de la República de Cuba: en agosto de 1976 fueron secuestrados-desaparecidos por esbirros de la dictadura dos de sus diplomáticos, uno de los cuales, ya cadáver obviamente, fue hallado el pasado año dentro de un tonel rellenado con cemento en una localidad suburbana bonaerense del norte de la provincia. Pocos meses mas tarde, el 11 de mayo de 1977, un incendio  “casual” destruyó prácticamente la misión de la RPDC en Argentina, ubicada en Gorostiaga 2115 de Capital Federal. Iniciado en la filmoteca, según se consignó, el siniestro se propagó rápidamente. La humareda ennegreció el edificio, se quemaron pisos de madera importada, alfombras, vitrales, puertas y ventanas, los daños, según un perito norcoreano traído específicamente para evaluarlos, se estimaron en 10 millones de pesos de aquella época. Ya en plena dictadura, con miles de secuestrados-desaparecidos, torturados, robados en sus bienes y niños y caídos en combate contra las hordas uniformadas, los compañeros de la RPDC fueron “incendiados” por las aviesas manos de sus enemigos locales y sus socios mayores. “El Proceso ( la Dictadura militar) nunca tuvo simpatía por la representación norcoreana, cuyas conexiones con diversos sectores de la izquierda argentina y con los movimientos guerrilleros nacionales, aunque no bien conocidas, eran presumidas y descontadas. Incluso se ha especulado que algunos guerrilleros hayan recibido entrenamiento en campos ubicados en Corea del Norte”, disertó en su oportunidad y en el Consejo Argentino de Relaciones Internacionales (CARI) el analista Gonzalo S. Paz “Las Relaciones entre Corea y la Argentina: Desarrollo y Perspectivas (1), www.asiayargentina.com/cari-13-htm). Poco tiempo después del incendio, el 5 de junio de 1977, la delegación diplomática norcoreana en la Argentina alzó sus pilchas y se marchó del país como respuesta a la agresión de la dictadura militar, que masacraba al pueblo y entregaba las riquezas nacionales a los pulpos capitalistas internacionales y locales. Ocho días más tarde, la desairada dictadura de Videla, Massera, Agosti, Martínez de Hoz y Cia., rompió relaciones diplomáticas con la RPDC a través del decreto 1709 del 13 de junio de 1977, firmado por el mismo Videla y José Kilx. “Ello provocó una gran satisfacción en las autoridades de Corea del Sur, que sintieron reafirmarse los lazos bilaterales aún más”, informó Gonzalo S. Paz en el trabajo citado más arriba. “ …Desde 1976, Argentina (por primera vez desde el establecimiento de relaciones diplomáticas 14 años antes) tuvo un embajador destinado en Seúl: el embajador Edgar Perez Colman”. “A pesar de sus proyectos económicos casi opuestos, la dictadura de Park Chung-hee, y el Proceso (dictadura n. de r.) de Videla tuvieron una afinidad política evidente” (…) “El 5 de octubre de 1978 se firma en Buenos Aires el Acta de la I Reunión de la Comisión Mixta Cultural Argentino- Coreana, Sección Argentina”
 
Solidaridad socialista coreana
 
Durante mi estadía en Nicaragua Libre y a través del programa radial Tawanthinsuyu los argentinos allí residentes recabamos en muchas oportunidades la adhesión de la RPDC en cuanto a la recordación de fechas importantes que simbolizaban nuestra lucha contra la dictadura argentina. Siempre estos compañeros se mostraron dispuestos a solidarizarse con nosotros. Ya sea en cuanto a la celebración del 17 de octubre, del 11 de marzo de 1973, del 24 de marzo o cualquier otra fecha significativa para los peronistas revolucionarios o marxistas-leninistas argentinos en lucha contra la dictadura, los compañeros de la RPDC adhirieron. Mientras otros países del entonces campo socialista nos negaban apoyo por cuanto sus Estados mantenían relaciones con el Estado dictatorial argentino, y por eso retaceaban confrontar con los uniformados locales, los compañeros de la RPDC siempre apoyaron nuestra causa. En dos oportunidades, y a través mío, intentaron que una delegación argentina visitara la RPDC. No logré unificar en ese momento a los integrantes de la colonia argentina y las rencillas entre organizaciones revolucionarias y aún al interior de ellas frustraron los viajes. El Movimiento Peronista Montonero envió un regalo al Presidente Kim Il Sung en su cumpleaños, 15 de abril: un mate y bombilla de plata, símbolo de la lucha del pueblo argentino por conservar sus tradiciones culturales. Compañeros de otras organizaciones revolucionarias argentinas respetaron a la RPDC y a su entonces Líder, Kim Il Sung, por su consecuencia internacionalista, socialista, revolucionaria e independentista.
La Dictadura de Videla, a la vez, se solidarizó, y viceversa, con la llamada República de Corea, o Corea del Sur, que hoy contiene en su territorio a 37 mil soldados yanquis e infinidad de armamento cedido por este imperio del norte de América.
 
Ahora es cuando
 
Durante los gobiernos del presidente Menem, conocido por sus “relaciones carnales” con EE.UU. y por ser “aliado extra OTAN” del imperialismo, Argentina participó en el negocio.- o acuerdo- KEDO, que consistió en proveer a la RPDC de miles de litros de fuel oil anuales hasta que los EE.UU. erigieran en su territorio dos reactores de agua liviana, que nunca se construyeron, a pesar de que luego del fallecimiento del Presidente Kim Il Sung, el nuevo Presidente, Kim Jong Il, desactivó todo proyecto nuclear de agua pesada de acuerdo al tratado firmado por su padre y el Presidente Clinton.
Ahora se acusa a la RPDC de poseer armas nucleares, en relación con Corea del Sur, que supuestamente no las tiene. Sin embargo, solo Argentina vendió a Corea del Sur en 1995 “agua pesada” ( utilizada para fabricar material bélico y no bélico nuclear) por valor de 5,8 millones de dólares, “operación que también ha gozado de la aprobación tácita de los EE.UU.”( Gonzalo S. Paz, ya citado). Nadie dice nada de esto, pero si de la nueva puesta en marcha del reactor de Chongbyon en la RPDC, desactivado en 1994 en función del acuerdo con EEUU. en la construcción de los famosos reactores fantasmas de agua liviana.
Recordando a Villa Manuelita, dejando de lado las circunstancias que la llevaron a la fama, habiendo militado en el peronismo revolucionario y hoy en el marxismo, no me olvido de esa gesta. Hoy Villa Manuelita somos todos los pueblos del mundo que deseamos la paz y la justicia en Corea, que apoyamos la causa de la RPDC en su patriada de decir Basta a la intromisión imperialista y a la utilización de Corea del Sur como ariete para la guerra nuclear, una guerra que, de producirse, terminaría con todos nosotros o por lo menos con gran parte de la humanidad.
Los sinvergüenzas, los plumíferos quebrados política e ideológicamente, los poderosos de aquí y el mundo reconocen a EE.UU. y sus satélites. Villa Manuelita mundial, nosotros, los laburantes y pobres de la tierra, no los reconocemos. Solo nos queda, como hicieron aquellos humildes habitantes de Rosario, desarmarlos y que no vuelvan nunca a amenazar y sojuzgar a los pueblos.
 
 
                                                           Jorge Luis Ubertalli
                                                                 10/4/2013
                                                          Buenos Aires, Argentina
 
 
 

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