El cóndor sobrevuela los cielos de nuestra Patria Grande





Los términos guerra económica, complot internacional, impeachment o juicio político, guerra no convencional, quedarán en la historia de América Latina como elementos claves usados por la derecha internacional para atacar a Gobiernos populares de la región.
En una versión del plan Cóndor, ideado por la CIA en los ´70 y con la complicidad de las derechas de cada nación y aggiornado a los tiempos que corren, vemos como se repiten los ataques sistemáticos a todos los gobiernos populares de la patria grande.
Bolivia:
El Ministro de la Presidencia de Bolivia, Juan R. Quintana, declaró que Estados Unidos mantiene un ataque constante contra el gobierno de Evo y la dignidad del pueblo boliviano, para volver a instaurar las políticas neoliberales en el país.
Entidades financiadas por el Departamento de Estado de EE.UU como la Fundación Nacional para la Democracia (NED), El Instituto Nacional Demócrata para los Asuntos Internacionales (NDI) y el Instituto Republicano Internacional (IRI) son quienes han realizados aportes a instituciones, organizaciones no gubernamentales y periodistas para la campaña opositora por el “No” en Bolivia.
Venezuela:
Desde que llegó la Revolución Bolivariana liderada por el Comandante Hugo Chávez y continuada por el presidente Nicolás Maduro, los avances económicos, políticos y sociales de los sectores mas postergados, han sido la “piedra en el zapato” de la derecha que busca apoderarse de las riquezas del país sin un proyecto político ni plan democrático.
La violencia, las armas y vías anticonstitucionales han sido mecanismos usados por los sectores opositores -apoyados por factores imperiales- para intentar llegar al poder. Sin embargo, hasta ahora no han podido lograr sus objetivos y por ello usan la guerra no convencional para continuar sus ataques.
No conforme con el avance de la guerra económica que ha afectado al país, la derecha utiliza los medios de comunicación, la diplomacia y las mentiras para lograr una intervención extranjera en la republica hermana.
Ecuador:
Ecuador fue escenario de violencia y ataques promovidos por sectores opositores de derecha en junio del año pasado cuando se aprobaron las leyes de Herencia y Plusvalía.
El presidente Rafael Correa (quien fuera víctima de un intento de homicidio) aseguró que se trata de “ una estrategia nacional y continental que va a continuar”. El dignatario ha advertido que las élites latinoamericanas “ya no están dispersas”, al contrario, están articuladas nacional e internacionalmente y con “la descarada complicidad de la prensa”, por lo que invitó a no subestimar a los adversarios.
Recientemente, el jefe de Estado ecuatoriano desmintió con cifras en mano que el país atraviese una crisis económica como pretende hacer creer la oposición de su país.
Destacó que Ecuador es el país latinoamericano con mejor crecimiento económico, pese al impacto negativo provocado por la actual caída del precio del petróleo.
Ahora, la oposición ha tomado vuelo en sus manifestaciones contra el Gobierno usando como pretexto el tema del Alto Mando Militar, luego de que Correa ordenara el cese del cuerpo castrense.
Brasil:
La oposición brasileña siguiendo los lineamientos de la derecha internacional, continúa usando la estrategia de la corrupción para atacar al Gobierno de la presidenta Dilma Rouseff, al vincularla tanto a ella como a Lula con los escándalos en la empresa petrolera Petrobras
Militantes de partidos políticos, grupos sociales y gremios rechazaron las tentativas de la oposición y de medios de comunicación de buscar, a través de maniobras ilegales, poner fin a la democracia en Brasil.
En el último trimestre del 2015, la mandataria brasileña fue víctima de un intento de juicio político por parte del presidente del Congreso y liderado por el entonces presidente del parlamento Eduardo Cuhna.
El líder de la Cámara de Diputados de Brasil dijo hace dos meses que el impeachment contra la presidenta Dilma Rousseff será este año 2016.
Cunha dijo en una reunión con líderes de bloques de oposición que presentará varias inquietudes al Supremo Tribunal Federal (STF) sobre las reglas establecidas por esa instancia sobre el enjuiciamiento a la Presidenta.
Al mismo tiempo crecen los embates contra el ex presidente Lula por denuncias de corrupción, ante el temor de una nueva candidatura del mismo.
    

En la Argentina lograron por primera vez en la historia llegar al poder por el voto “popular”. Luego de años de campañas de difamación, falsas denuncias mediáticas (nunca probadas en la justicia). Hasta la locura de “suicidar” a un fiscal (amigo del poder real) para poder tirarle un muerto al gobierno y así lograr inclinar la campaña y el posterior resultado.
Una vez instalados en el poder, cumplen a rajatabla las instrucciones del norte.
Ajuste, devaluación, censura y represión para lograr disciplinar y desanimar al pueblo.
Es sabido por muchos que sin censura y represión, este modelo neoliberal es imposible de llevar a cabo.
No contentos con esto, los “adalides de la libertad y la democracia” van por más. Al igual que en Brasil, quieren destruir la imagen positiva de los lideres (en nuestro caso Cristina) por temor a su vuelta.
Los artilugios son siempre los mismos en toda la región.
Denuncias de corrupción, violencia, inseguridad, falta de libertad, inflación, desabastecimiento, etc, etc.
Cuentan con todo el dinero del mundo, los medios de comunicación, y las justicias corruptas para llevar adelante su plan macabro de dominación y sometimiento disfrazado de democracia.
Es nuestra obligación como ciudadanos, informarnos por vías alternativas y de todas las maneras posibles, para no volver a ser víctimas de una nueva esclavitud.
Hoy tenemos una derecha renovada, asesorada por los gurús del marketing político neoliberal y asumiendo un rol de para opositores que no dudan ni un momento en camuflarse bajo una estética y discurso más amable tan posmoderno como pseudo posneoliberal, que no ataca directamente las conquistas logradas en la década ganada.
Esta derecha reciclada y transformista trata de robarse las banderas de la democracia y los derechos humanos apelando sobre todo a los nuevos actores de la política, la juventud y las clases medias. Y ahí es donde los procesos populares tienen un reto en actualizar su programa y praxis política para seducir a una juventud que no ha vivido el terrorismo social neoliberal y llega a una mayoría de edad dando por sentada la presencia del Estado en la economía y la redistribución de la riqueza. Lo mismo sucede con las nuevas clases medias que tienen la “ilusión” de continuar su ascenso social y para ello se les hace atractiva la idea de votar por un “gestor”, normalmente un candidato proveniente del mundo empresarial y con un discurso que apela a la ciudadanía moderada por encima del clivaje izquierda-derecha.
Frente a ello, más que perder tiempo en atacar a esta derecha que solo hace sus tareas, amparada por las élites económicas y con el apoyo de las transnacionales comunicacionales, debemos actualizar y hacer más atractivo el proyecto político de las revoluciones populares en nuestra américa, como única manera de sostener y profundizar los procesos.de resistencia organzacion,
CLaudio Fernandez

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