Macri, el “ministro” y después… Jorge Luis Ubertalli Ombrelli


















En la nota titulada “Maleantes”, del 20 de diciembre del pasado año (ver Telesur), quien esto escribe sostenía, en relación con el apoyo al gobierno macrista de empresas vinculadas al crudo y Gran Bretaña: “No es casual que (Macri) aún antes de asumir haya agredido al gobierno Bolivariano de Venezuela, país productor  de crudo y con grandes reservas en su vientre, fundamentalmente en la cuenca del Orinoco, enfrentado a EE.UU. por la guerra integral que soporta auspiciada desde el país del norte de América. Y tampoco que haya visitado, también antes de asumir, a los gobiernos de Brasil y Chile, (  empresarios included) que tienen proyección sobre el Atlántico Sur y el Pacífico Sur, zona donde se enclava el portaaviones fijo de Las Malvinas, ocupadas por Gran Bretaña –OTAN desde el siglo XIX, encargadas de controlar la ruta del Cabo de Hornos-Estrecho de Magallanes, por donde circulan superpetroleros post panamax y portaaviones yanquis Nimitz-. Apostando al derrocamiento de Dilma en Brasil y proyectivamente al de Bachelet en Chile, el robot siniestro creado por el gabinete de Guerra Psicológica que hoy se apoltrona en la Casa Rosada jugaría a favor de la consolidación de Las Malvinas coloniales, a fin de favorecer, entre otras cosas, la explotación de crudo en su mar adyacente, de cuya extracción se especializan los Cosán brasileros, junto con la Shell, en aguas de diversas geografías. “(Aranguren)Su ministro de Energía y Minería, campo orégano esta última en la era menemista en cuanto al saqueo de oro, cobre y otros minerales del vientre de la República, sería el artífice y ejecutor de esta política en el ramo”.
Y bien. La actuación de Juan José Aranguren confirma lo dicho en líneas anteriores. En el marco de una “compra” de gas envasado a Chile, quien a su vez lo importaría de Indochina, a un costo 128% mayor que el gas boliviano; de los futuros acuerdos con empresarios del país trasandino para explotar conjuntamente emprendimientos energéticos en el extremo sur del subcontinente;  de la elevación de los precios del gas y los combustibles sin correspondencia con los precios del crudo, a la baja, y de la política emprendida por las empresas petrolíferas de la Patagonia, que solo en Santa Cruz y Chubut despiden miles de operarios o les rebajan el salario con la complicidad manifiesta del “ministro” Aranguren, ex CEO de Shell- de los ocho buques tanques que importarán el crudo desde Indochina, vía Chile, a Argentina, 7 son de esta compañía angloholandesa- perfila su juego siniestro: el despoblamiento del sur patagónico a fin de que sirva, en un futuro, como base continental a Gran Bretaña/OTAN en cuanto a su portaviones fijo de Malvinas. Conflictos por doquier se desatan allí, azuzados por agentes británicos o funcionarios pagados y su “hombre” en el país. Tierra del Fuego, territorio más austral de la Argentina, junto a sus vecinas Santa Cruz y Chubut, ya citadas, se convertirían, si los argentinos lo permitimos, en territorios despoblados, fáciles de transformarse en conjunto en un  “desierto”,  a ser ocupado gustosamente por los imperialistas británicos y yanquis, entre otros, directamente o a través de pantallas institucionales que manejan a su antojo.
Historia… sin fín
A fines del siglo XIX, cuando los países del Tercer Mundo entraban al mercado mundial capitalista como productores de alimentos o materias primas, al sur de Argentina se llevó a cabo por el Ejército de Línea la llamada “conquista del dersierto”. Para sufragar sus gastos, se emitieron 9 leyes, 7 decretos y 51 leyes especiales de “colonización”, que sirvieron para que unos pocos capitalistas nacionales y extranjeros se alzaran con el botín de las tierras. Los ingleses. Que ya ocupaban Malvinas,  fueron por la Patagonia continental…
Penton, J. Hamilton y J. Sanders, Scott, Halliday, Rud y Grumbein fueron algunos de los que se hicieron, con el cuento de la “colonización” y la real cria de ovejas cuya lana se exportaba a Inglaterra para confeccionar tejidos, de millones de hectáreas en Rio Negro, Neuquén, Chubut, Santa Cruz y Tierra del Fuego. Una sola ley, la 3053, promulgada por el gobierno argentino en 1893, permitió al ciudadano británico A. Grumbein hacerse de 4 millones de hectáreas en Santa Cruz y Chubut, de las cuales fueron vendidas 2.517.274 a británicos en su mayoría. Cullen Station Ltd., con 62.000 hectáreas en Tierra del Fuego; Heill Heaton Liverstock Society, con 30.121 ha. en Santa Cruz; Lai Aike Sheep Co, de 97.005 ha. también en Santa Cruz; Monte Dinero Sheep Co., con 26.192 ha. en la misma provincia; Lochiel Sheep Farming Co., de 25.000 ha. en Chubut,; Tecka Argentine Land Co., con 155.000 ha. en Chubut  y tantas otras fueron la avanzada de la corona británica en el continente, y actuaron como retaguardia de las islas ocupadas, desde las cuales los británicos controlaban el paso interoceánico del Atlántico Sur desde 1833.
Hoy, el “ministro” energético recurre a intrigas y negocios espurios para:
-auspiciar el maridaje con Chile a expensas de Bolivia, de acuerdo a la compra de gas “chileno” argumentando que Bolivia no lo podría proveer, lo que causó el desmentido del ministro de Energía de este país.
-anudar contratos de explotación de energéticos con el país trasandino, cuya burguesía y militares se hallan entrelazados sin cortapisas, y a la vez comulgan con Gran Bretaña desde hace tiempo. Durante el pinochetismo esta relación se hizo patente en cuanto a apoyar, durante la guerra de Malvinas, a Gran Bretaña en la contienda.
-aunarse con Chile en cuanto a la confrontación con Bolivia. Hace unos días, de acuerdo a una denuncia de Evo Morales,  se instaló una base militar chilena a 15 kilómetros de la frontera boliviana donde se hallan los manantiales de Silala, cuyas aguas abastecen a las empresas mineras chilenas, sin que el país trasandino haya pagado un peso por su uso. Bolivia llevará al Tribunal de La Haya el caso Aguas del Silala, al igual que la apropiación del mar boliviano por Chile en 1879 durante la denominada Guerra del Pacífico, auspiciada por Gran Bretaña.
- establecer relaciones estrechas con Chile en relación a la aspiración británica de apropiarse del territorio antártico argentino, cuya delimitación con Chile no se halla todavía resuelta, por cuanto hay superposición de espacios. La alianza con Chile auspiciada por el “ministro” permitirá a Gran Bretaña operar sobre su aspiración, habida cuenta de su relación estrecha con la burguesía y los militares chilenos, de lo cual ya hablamos más arriba.
La situación existente en Brasil, en relación con el pedido de alejamiento de Dilma Rouseff del gobierno por medio de un “golpe blando”, concuerda con lo sostenido en “Maleantes”, en cuanto a su aprovechamiento por Macri y su “ministro” en sintonía directa con la concreción de una entente con Brasil en el marco de un gobierno derechista, y operar en el Atlántico Sur- reconvertido el Brasil en “subimperialista”- para servir a los intereses británicos/norteamericanos/OTAN.
 
Y macri que?
El siniestro y tragicómico personaje que ocupa el sillón presidencial viene sufriendo embates y presiones de todas partes. Por un lado, el imperialismo norteamericano, aliado incondicional de Gran Bretaña, cuyos gobernantes se burlan de este mamarracho para vergüenza del pueblo argentino, considera que ya ha realizado el trabajo “sucio” y es hora de darle paso a otros más “potables”. Macri , a mi entender, tiene poco tiempo de estadía en la Rosada. Es más, debería volar antes de septiembre, cuando se llevará a cabo en la República Popular China la reunión del G20. Allí Macri ratificaría las relaciones comerciales con el país asiático, que financiaría las represas de Santa Cruz. Si estas brindan energía a la zona, se posibilitaría la radicación de industrias en la región y el poblamiento, lo que contradice la política de “creación de desiertos” del ministro energético Aranguren. También China financiaría la construcción de centrales nucleares  y construiría una estación espacial en Neuquén, cuya finalidad seríaapoyar “actividades tales como la exploración interplanetaria, la observación astronómica, el seguimiento y control de satélites en órbita y la adquisición de datos”. Estos emprendimientos, como es de suponer, no son del gusto de Gran Bretaña ni EE.UU./OTAN. Con respecto a Rusia, la Cancillería ha anunciado una relación “estratégica” con ese país, a la par que el Ministerio de Defensa está llevando a cabo la compra de helicópteros rusos Mi-171, que serían usados en la campaña antártica, cosa no muy agradable a los británicos, que pretenden apropiarse de este territorio contando con la poca infraestructura militar de Argentina. Teniendo en cuenta que el rompehielos Almirante Irízar, en reconstrucción luego de un siniestro en alta mar, fuera reemplazado por el buque ruso ‘Vasili Volovnin”, rentado por el gobierno anterior para aprovisionar al personal de la Antártida, el tándem Gran Bretaña/USA-OTAN, intentará borrar del mapa a Macri antes de que se reúna con los representantes rusos y chinos en el G20 y ratifique con ellos éstos y otros emprendimientos por venir, entre ellos los vinculados con la agricultura (el laboratorio local Bagó instaló una planta de vacuna antiaftosa en China) y otros ítems. La Patagonia es territorio en disputa para los británicos y sus socios, y no permitirán que nadie les sople la dama en el juego.
Así las cosas, el futuro de Macri está en ascuas, la situación creada por él en lo interno amerita su liquidación por parte de aquellos que lo incentivan para hacer los “duros” deberes del saqueo de la nación y la explotación y hambreamiento del pueblo. Producto de su propia imbecilidad y felonía, Macri hoy está en la mira de sus mandantes, que contarán con el apoyo de todo el pueblo argentino para volarlo. Se espera que a su caída se establezca un maridaje entre el “radicalismo histórico” (alvearista y cipayo, vinculado a Cambiemos) y el “peronismo ortodoxo” (narcofascista y macahrtista), que daría luz, u oscuridad, al candidato a reemplazarlo y a miembros de su pandilla ya quemados.  Habría que ver que camino toman los sectores progre-kirchneristas-cristinistas en cuanto a esto. No hay salida sin confrontación con el enemigo de clase y nación, que es la entente habida y por haber que usurpa el gobierno de los laburantes y el pueblo argentino. No hay más “capitalismo serio” que valga luego de esta marcha hacia el abismo de Macri y su banda.
Hay que patearles el tablero.
Solo un programa antiimperialista, de Unidad Popular, que conlleve a un Poder Popular en transición a una sociedad socialista, puede salvar a la nación y su pueblo de la tragedia a la que los han sumido los CEOs apátridas y corruptos, los traidores, diletantes y reformadores a medias tintas.
 

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