El miedo no es zonzo!

     Jorge Luis Ubertalli Ombrelli ( 9 de mayo del 2017)
 
El miedo, como dijimos una y otra vez, no es zonzo. Y el desgobierno de Macri y sus compinches saqueadores del territorio, los trabajadores y el erario público lo tienen, y es mucho el que los corroe. Hipotecar la tierra pública para garantizar una deuda astronómica ilegal de toda legalidad, ilegítima de toda legitimidad, que solo se contrae para corromper traidores, subsidiar a los ricos y poner al territorio nacional como prenda del pillaje de corporaciones y tránsfugas de lujo internacionales; hincarse ante el enemigo inglés que usurpó las Malvinas y sus aliados de la OTAN, fundamentalmente EE.UU., que ‘traicionó’ a los uniformados que habían prometido llevar a cabo la ‘Tercera Guerra mundial contra el comunismo’, abandonándolos como a perros y brindando satelitalmente sus posiciones a su aliado británico en la guerra de 1982; traficar con los mismos que miserabiliza, corromper-se hasta la médula, gritar a los cuatro vientos su cipayismo visceral, hambrear a millones y muchas, muchas otras cosas, no sólo acarrea impunidad y vicio, sino culpa…y miedo. Macri y su piara saben que hay mar de fondo y temen. Por eso quieren embretar a los militares de todas las fuerzas en la represión de su propio pueblo, como lo han hecho en otros tiempos. Sabiendo que muchos uniformados y sin uniforme les pegarían ya un tiro en la nuca, quieren corromperlos.



en otras épocas para incentivar odios a los militares de hoy, que no participaron en represiones, genocidios ni tejes y manejes espurios, y que en gran número están dispuestos a dar castigo a los que tienen como proyecto de país la liquidación del propio país; adquisición de armas para embarcar a las cúpulas castrenses en negociados sucios son algunas de las redes que el macrismo y los suyos tejen alrededor de cuarteles, bases aéreas y navales, liceos y colegios militares, queriendo enredar a aquellos que no se atreven todavía, junto a sus hermanos de clase y pueblo, a echarlos a patadas. PROvocadores con asesoramiento científico que actúan con alevosía y perversidad para dividir a los patriotas y sacar de agenda los latrocinios y vejaciones que a diario cometen contra el Pueblo, la Nación y  la Patria…
Lo últimAumentos selectivos de sueldo, imposturas en las botaduras de buques, fomento de provocadores numerarios do, lo más inmundo, es querer prácticamente amnistiar a subhumanos que ayer se llamaron a liquidar de cualquier forma - con la excusa de la ‘subversión’- al movimiento obrero y popular realmente patriótico, para servir de perros de presa de Martínez de Hoz, Rockefeller y otros tránsfugas. Violadores y asesinos seriales ahora bendecidos por leguleyos a los que, si la hubiera, la espada de la Justicia les hubiera cercenado la testa.  Subhumanos que todavía se jactan de sus crímenes y cobardías varias, en nombre de una religión en la que nunca creyeron y de una patria con minúsculas que en verdad fue y ahora es la guarida de panzones y mafiosos locales y extranjeros en busca de sangre argentina. Esa que, claro, había que verter para que los ricos pudieran chuparla sin desmayos, porque era roja….
Y bien, para qué continuar...
La impunidad no pasará, Macri y su pandilla serán echados a la basura de donde salieron y los patriotas, civiles y militares, se alzarán armas en mano para terminar con el oprobio y el saqueo de la Nación.
Palabra de guerrillero: “Porque mi patria es hermosa 
como una espada en el aire, 
y más grande ahora y aún 
más hermosa todavía, 
yo hablo y la defiendo 
con mi vida”, escribió el poeta y combatiente popular peruano Javier Heraud. Compatriota de aquellos que vinieron a Malvinas a defenderla de las hordas anglosajonas, al igual que gentes de otras latitudes hoy olvidadas, ese Javier libertario unió su sangre derramada en el rio Madre de Dios con la de Juancito, ahogado en el Atlántico Sur cuando el hundimiento artero del Crucero General Belgrano, y con la de aquel piloto a quien se tragó el mar luego de lanzar las bombas que dieron en el acorazado enemigo. Sangre popular que vuelve y vuelve en cada olita de repulsa al accionar de los bandoleros al servicio del capital financiero y monopolista.
Sobra ya cualquier palabra.

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