Año 12 Número 51 | Fecha 2014-06-20 TITULARES Opinión CUBA: HACIA UNA NUEVA ETAPA EN LAS RELACIONES CON LA UNIÓN EUROPEA por Carlos Alzugaray Treto ¿UNA NUEVA POLITICA DE EE.UU. HACIA CUBA? (PARTE I) por Esteban Morales Domínguez CARTA ABIERTA SOBRE CUBA por Pablo González Casanova LAS MARIONETAS DE PRAGA SE MUEVEN DESDE WASHINGTON por Pedro de la Hoz CUBA: HACIA UNA NUEVA ETAPA EN LAS RELACIONES CON LA UNIÓN EUROPEA por Carlos Alzugaray Treto


Opinión
CUBA: HACIA UNA NUEVA ETAPA EN LAS RELACIONES CON LA UNIÓN EUROPEA
por Carlos Alzugaray Treto
Algunos analistas expresan escepticismo sobre el éxito de las negociaciones reiniciadas entre la Unión Europea (UE) y Cuba, ya que ninguna de las partes ha renunciado a sus posiciones de partida. En efecto, la parte europea ha reiterado que “este no es un cambio en la política anterior. Así como apoyamos la reforma y la modernización en Cuba, hemos levantado consistentemente nuestras preocupaciones sobre derechos humanos, que seguirán estando en el centro de esta relación”.

La cubana ha expresado que “Cuba considerará la invitación formulada por la parte europea, de manera respetuosa, constructiva y apegada a su soberanía e intereses nacionales”. Sin embargo, el mero hecho de que estas negociaciones hayan comenzado demuestra que tanto en Bruselas como en la Habana está primando el pragmatismo y la voluntad de dotar a unas relaciones significativas en el plano económico y comercial de un instrumento legal que las facilite y encauce.

De estos pasos diplomáticos surgen varias preguntas: ¿Cuáles son los intereses de Cuba en sus relaciones con la Unión Europea y qué política se ha seguido para materializarlos? ¿Cuáles son los intereses de la UE y cómo ha pretendido concretarlos? ¿Qué importancia tiene para Cuba avanzar en una negociación en este momento a pesar de que sigue en vigor la Posición Común adoptada por la UE en 1996? ¿Cuáles son sus perspectivas? Intereses y política entre Cuba y la Unión Europea Cuando Washington impuso el bloqueo económico, comercial y financiero contra Cuba, los dirigentes norteamericanos habían confiado en que sus aliados se sumarían a esas medidas. Sin embargo, uno tras otro, desde Canadá hasta Japón, pasando por Europa Occidental, estos se negaron y cooperaron con la Cuba revolucionaria de distinta maneras y formas.Dada su composición, singularidad y constante ampliación y profundización, siempre ha sido complejo negociar con la Unión Europea, que no es un Estado, sino una agrupación que inicialmente integró a seis naciones de Europa Occidental pero que hoy es un abigarrado grupo de veintiocho miembros que incluye a países exsocialistas de Europa Oriental. Si ya es un lugar común que en relaciones internacionales los Estados no son considerados actores racionales únicos, mucho menos lo es la UE, que ha sido calificada por uno de sus más connotados dirigentes históricos, el francés Jacques Delors, como un “objeto político no identificado”. A ello habría que añadir el confuso entramado institucional en el que compiten instancias intergubernamentales (como el Consejo Europeo y sus órganos subsidiarios) y supranacionales (como la Comisión, el Parlamento o la Corte Suprema), que no siempre marchan en perfecta armonía.

Goran Therborn ha especulado que en la UE contemporánea se perfilan tres tendencias no necesariamente antagónicas: potencia comercial global; aliado incondicional de Estados Unidos; y “Escandinavia mundial”. Según él, la UE es las tres cosas a la vez, y se comporta indistintamente dependiendo del tema que se trate. No es de extrañar el largo y espinoso camino por el cual ha transitado el proceso de búsqueda de un acuerdo entre Cuba y la UE. Resulta una simplificación (en la que incurren algunos colegas cubanos) atribuirle a un solo factor —en particular, las estrechas relaciones entre la UE y los Estados Unidos— las dificultades y obstáculos encontrados en ese camino. La situación es mucho más compleja. En esta inciden, al menos, las siguientes cuatro variables claves:

1) La percepción de las autoridades cubanas sobre la situación económica, política y social propia y la importancia que pudiera tener la relación con la UE, dentro de su sistema de relaciones internacionales, en términos de costo/beneficio. En otras palabras, se trata de valorar si los beneficios económicos y políticos de relacionarse con este poderoso bloque compensan el costo que pudiera generar una relación contractual asimétrica, sometida a las presiones de la política de “condicionalidad democrática y de derechos humanos” de la UE —de cuyo doble rasero existen suficientes evidencias. En esta postura se perciben dos tendencias: la que considera que la Unión Europea puede mantener una política independiente en relación con Cuba, a pesar de su alianza con los Estados Unidos; y la que juzga su política como ineluctablemente subordinada al país del norte, con un papel negativo. Los partidarios de la primera favorecen el camino de la negociación, mientras los de la segunda aconsejan mucha cautela, e incluso, no avanzar en un acuerdo de cooperación.

2) La percepción de los distintos sujetos sociales europeos sobre Cuba, su estabilidad económica y política y su futura evolución, y su significado para los intereses económicos y políticos de la UE en la Isla, que evolucionan de acuerdo con las correlaciones de fuerza dentro de ese “sujeto político no identificado”, donde inciden no solo los gobiernos de los Estados miembros, sino también las distintas instituciones intergubernamentales y supranacionales, los partidos políticos, los empresarios, los gobiernos autónomos y el movimiento de solidaridad con Cuba.

Entre los gobiernos, principales actores en este entramado, siempre ha existido una mayoría, que prefiere el acercamiento y una minoría que opta por sanciones y castigos para presionar a Cuba, de manera similar a como lo hace Washington. El número e influencia de estos últimos se ha incrementado con la ampliación hacia el Este de la UE a partir de 2004. En esta variable, se incluye también la propia autopercepción de los actores de la UE, sobre su rol en el sistema internacional, en el que están presentes las tres tendencias apuntadas por Therborn.

3) La posición implacablemente hostil de los Estados Unidos hacia Cuba y el grado de tensiones que esa actitud genera. Washington tiene pocas opciones para influir sobre la política de La Habana hacia la UE, aunque en ocasiones ha preferido convertir la necesidad en virtud, proclamando que acepta las actitudes europeas de acercamiento, dando así una imagen de flexibilidad que realmente no existe.

En general, los Estados Unidos han logrado la cooperación europea en temas políticos como la llamada “promoción de la democracia y los derechos humanos”, aunque siempre a un nivel más bajo, por el simple hecho de que todos los países de la Unión reconocen la legitimidad del gobierno cubano y mantienen relaciones diplomáticas de distinto grado. Sin embargo, en materia económica la UE ha demostrado, en más de una ocasión, que objeta e impugna el carácter extraterritorial del bloqueo y que hará avanzar sus intereses en Cuba en abierto desafío al mismo. Este es el caso, por ejemplo, del conflicto entre la empresa francesa Pernod-Ricard y la cubanoamericana Bacardí en torno a la patente del ron Havana Club.

4) El contexto internacional y particularmente en América Latina y el Caribe. Del mundo prácticamente unipolar que pareció surgir entre 1989 y 1995, en el cual la UE se convirtió en el segundo actor por su importancia económica y política, se ha pasado al actual, en que bajo la crisis financiera del 2008, entre otros acontecimientos, el bloque de potencias capitalistas ha sido desafiado por el auge incontenible de China, el resurgimiento de Rusia, la constitución de los BRICS y del G-20, y el relanzamiento del Tercer mundo y sus principales bloques regionales, en particular la Comunidad de Estados Latinoamericanos y Caribeños (CELAC), dentro del cual Cuba ha desempeñado un papel protagónico. Teniendo en cuenta estas variables, y simplificando un proceso histórico muy complejo, el largo trayecto de acercamiento entre Cuba y la Unión Europea entre 1989 y 2014 ha tenido tres momentos negativos y tres positivos.

Los muy negativos han sido la llamada “crisis de las embajadas”, entre 1991 y 1993; la adopción por la UE de la Posición Común en 1996 y la firma del “Entendimiento” con los Estados Unidos sobre temas de inversiones en 1998; y la crisis de 2003, o “guerra de los canapés”, que se prolongó hasta 2008. Los positivos fueron el acercamiento diplomático de 1993-1995, que concluyó con un acuerdo similar al actual, adoptado por el Consejo Europeo de Madrid de diciembre de ese último año, por el cual se instruía a la Comisión Europea preparar un mandato de negociación para un acuerdo de cooperación; el intento de Cuba por incorporarse al acuerdo multilateral de Cotonú entre la UE y los países de África-Caribe-Pacífico (ACP) en 1998-2003; y el actual proceso iniciado en 2008.

En los seis casos, la diplomacia cubana dio muestras de solvencia y flexibilidad sin abandonar los valores que le son sustanciales. Fue eficaz en combinar principios e intereses sorteando crisis sin hacer concesiones, pero dejando siempre la puerta abierta al diálogo y al entendimiento.

Las variables clave en el contexto actual y el futuro de la negociación.

Aunque no faltan retos y desafíos, se está en un momento en que las variables claves pueden alinearse de una manera favorable al proceso que se inicia. Cruzar el umbral y conducir las relaciones por un cauce cooperativo sin falsas ilusiones es ya de por sí un signo tangible en una relación que ha sido azarosa.

Cuba está inmersa en lo que se ha dado en llamar una “actualización del modelo económico” que, en la práctica, se ha convertido en algo más que eso, un proceso de reforma económica y política de gran calado. En tales circunstancias, resulta imprescindible actualizar también todas sus relaciones económicas internacionales. En el escenario futuro, la diversificación es la palabra clave. Alcanzar un acuerdo de cooperación con la UE —que ya es el segundo socio comercial, el primer suministrador de inversiones extranjeras directas y el tercer cliente turístico— pudiera resultar un paso trascendente si se logra explorar y hacer fructificar las potencialidades aún existentes. No se puede olvidar que, a pesar de su crisis, la UE sigue estando entre las tres más grandes economías mundiales. Un ejemplo de ello es el de Viet Nam, que en 1995 negoció y firmó un acuerdo de cooperación con Bruselas. Este aliado estratégico de Cuba realiza un intercambio comercial con los países miembros de la UE que alcanza los treinta mil millones de dólares y recibe treinta y tres mil millones en inversiones en 1 800 proyectos.

Recientemente se anunció la voluntad de ambas partes de negociar y firmar un Acuerdo Marco de Asociación y Cooperación Integral Viet Nam-UE y un Tratado de Libre Comercio en 2014. Cuba no es Viet Nam, por supuesto, pero el ejemplo es significativo pues el sistema político vietnamita sigue siendo el mismo y su evolución económica y política interna se ha desarrollado sobre la base de decisiones soberanas de esa nación. En el plano político, la diplomacia cubana ha venido trabajando pacientemente y con pragmatismo con los distintos actores sociales europeos, y ha demostrado no solo que la Posición Común es inaceptable, sino que es inoperante para hacer avanzar los intereses de los países miembros de la Unión en Cuba. A pesar de la Posición Común se han firmado dieciocho acuerdos de cooperación bilaterales con distintos gobiernos. Desde 2008, se ha patentizado, a través de conversaciones respetuosas y constructivas, que la firma de un acuerdo de diálogo político y cooperación en la práctica sustituiría a la Posición Común como base jurídica de las relaciones mutuas.

Ello hace menos probable, aunque no descartable, que se produzcan presiones como en el pasado. El aparato diplomático europeo parece haber aprendido la lección acerca de la inefectividad de medidas punitivas. Uno de los desafíos que tiene Cuba es el de continuar avanzando en aquellas medidas de reforma política e institucional que el país necesita, que contribuyen a rectificar la negativa imagen con la que se presenta al gobierno cubano en públicos estratégicos clave de la sociedad civil y las fuerzas políticas europeas. La diplomacia cubana tiene otra fortaleza en su capacidad de establecer alianzas con países de América Latina y el Caribe y aprovechar el nuevo contexto regional para afianzar su posición. Esto no ha pasado inadvertido para el Servicio de Acción Exterior Europeo, el brazo diplomático de la Unión. A ello ha contribuido la presencia de Cuba en las Cumbres entre la UE y América Latina y el Caribe, ahora representada por la CELAC.

El acercamiento entre Europa y Cuba puede influir favorablemente en la relación con los Estados Unidos, lo cual conviene a los intereses económicos y políticos europeos y cubanos. Habrá que prestar especial atención a las correlaciones de fuerzas internas dentro de la UE, pues ello puede influir en la marcha de las negociaciones. Aquí pueden tener un papel positivo importante las numerosas empresas europeas con presencia en la economía cubana como Sol Meliá, Pernod-Ricard, o Castrol.

Aunque la ampliación de la UE es un factor negativo, por la presencia de países más cercanos a los Estados Unidos, los acontecimientos recientes demuestran que hay una serie de naciones claves entre los mayores socios y aquellos miembros fundadores. Es interesante que en el proceso de acercamiento se han destacado Francia y España (sobre todo cuando han sido dirigidos por gobiernos socialistas), pero también Bélgica y Holanda, que tienen intereses de distinta índole en Cuba. La UE enfrenta una crisis que tiene aspectos económicos y políticos. Ello la hace actuar con menos empaque en sus relaciones internacionales. Seguirá comportándose como la gran potencia comercial que es, lo que la obligará a defender sus intereses económicos. También actuará como aliado de los Estados Unidos, aunque en el caso de Cuba tendrá que marcar distancias, como lo ha hecho hasta ahora. Colaborará y tratará de influir pero no es probable que se comporte como “perro de presa” en el contexto cubano. Finalmente, continuará tratando de proyectar el ejemplo de su “modelo social”, lo que la diferenciará de Washington en temas de cooperación para el desarrollo, enfatizando su vertiente de “Escandinavia global”.

En Cuba, por ejemplo, la UE ha priorizado la seguridad alimentaria y otros temas en los que hay intereses y valores compartidos con La Habana. Lo previsible respecto a la política norteamericana hacia Cuba es una evolución favorable a un cambio, aunque la situación pudiera deteriorarse en los próximos procesos electorales si triunfaran grupos de ultraderecha. Pero la política de sanciones hacia La Habana ha fracasado y ello es cada vez más evidente. Se oyen voces en el sentido de que Washington debe seguir el ejemplo de Bruselas. El contexto mundial es también favorable al acuerdo, dada la creciente diversificación y multipolaridad del orden mundial, lo que impide no solo el unipolarismo de los Estados Unidos, sino también el de una primacía o dominación basada en una coalición norteamericano-europea. En ese contexto, Cuba ha buscado la diversificación de sus relaciones económicas exteriores y un modelo interesante a seguir es el de Canadá que ha continuado desarrollando los vínculos económicos, comerciales, turísticos y de cooperación con beneficio mutuo, a pesar de su estrecha relación con Washington.

En fin, están dadas las condiciones para que, habiendo traspasado un umbral que en el pasado demostró ser infranqueable, estas negociaciones se conviertan en el primer paso de una etapa que bien podría culminar en una institucionalización de las relaciones sobre la base del respeto y el beneficio mutuos.

Carlos Alzugaray es  Doctor en Ciencias Históricas, Profesor Titular, ex embajador de Cuba ante la Unión Europea. 
Fuente: Catalejo
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¿UNA NUEVA POLITICA DE EE.UU. HACIA CUBA? (PARTE I)
por Esteban Morales Domínguez
A  casi  seis  meses del segundo mandato de Barack Obama, parece estarse gestando  un acercamiento entre ambos países. Cómo es exactamente ese acercamiento, aun no lo sabemos. Por lo que ahora, más que nunca, necesitamos que la gente esté informada de los procesos que tendrán lugar. Pues evitar las sorpresas, en  las circunstancias en las cuales parece que comenzaremos a vivir desde ahora,  es vital para  calibrar las reacciones que  en  la sociedad civil cubana se pueden comenzar  a producir.

Se  han  venido acumulando una serie de  acontecimientos, que parecen estar impulsando el cambio de política de Estados Unidos hacia Cuba. Sin dudas, ello es el resultado de que se ha producido ya un cambio del contexto general estratégico en que Estados Unidos ha desenvuelto su política hacia Cuba  hasta ahora. Y parece que Estados Unidos quiere ajustar su política a ese nuevo  contexto, dentro del cual Cuba  ha  acaparado  una atención nunca antes disfrutada.

Desde 1977, con la administración de James Carter, Cuba y Estados Unidos no ponían de manifiesto una voluntad mutua de acercamiento negociador. Principalmente EE.UU., porque Cuba hace mucho tiempo ya  que ha expresado su voluntad de conversar, siempre que ese acercamiento se haga sobre bases igualitarias y de respeto a la soberanía e independencia de Cuba. Sin embargo,  Estados Unidos, nunca había respondido  a ese ofrecimiento. Parecía no estar convencido   de las bases que Cuba propone. Ni  dio respuesta a la agenda que Cuba ha sugerido.

Por fin, en el mes de mayo del 2014, la Sra. Jacobson, subsecretaria de Estado  y Josefina Vidal, Directora de América del Norte de la Cancillería Cubana, se reúnen en Washington con el propósito al parecer de iniciar conversaciones sobre asuntos de mutuo interés.

Se trata de un acontecimiento de no poca relevancia y del cual, no tenemos antecedentes desde  la  Administración Carter hace  37 años. Vuelve a ser un demócrata quien sugiere el acercamiento. J.F. Kennedy  lo sugirió, en mensaje enviado a Fidel Castro que lo recibió el mismo día del magnicidio de Dallas; le siguió Carter en 1977 y ahora Obama parece estar repitiendo la historia. Se dice que, “a la tercera va la vencida”, veamos si es cierto.

¿Cuáles son las circunstancias que ahora han llevado a este clima de acercamiento?  ¿Qué hay de nuevo en el contexto actual  que parece favorecer  el acercamiento entre Cuba y Estados Unidos?

En primer lugar, considero que desde que tomó la presidencia, Obama trató de inaugurar un nuevo momento para las relaciones con Cuba, al menos diferenciarse de Bush. Pero lo hizo de manera limitada, eliminando las restricciones a los viajes y remesas, que G. Bush había impuesto a Cuba, manteniendo la política de bloqueo, dividiendo este último en dos y comenzando  el  despliegue de una política de “Subversión Pacífica Interna", limitando los acercamientos a conversaciones sobre asuntos muy puntuales, conversaciones en la Base Naval de Guantánamo, colaboración interguardacostas en la interdicción del narcotráfico,  correos, ampliación de visas hasta los límites de ofrecer a veces visados por 5 años, extender el tamaño,  contenido  y valor de los paquetes, ampliar el carácter de los vuelos, ampliar ilimitadamente las remesas,  eliminar las restricciones de a quienes considerar familiares,  flexibilizando  los  “contactos pueblo a pueblo” y los intercambios académicos.

Pero sin embargo, ampliando el bloqueo, presionando con las multas  financieras a la banca que tuviera relaciones  con Cuba, hasta llegar a multar con las más fuertes cantidades e incrementando al mismo tiempo  el dinero  a  la AID para financiar  el trabajo político  subversivo dentro de Cuba. Así como suspender las conversaciones migratorias entre ambos países, las que solo se han reanudado recientemente.

Pienso que este tipo de política antes caracterizada, que puede ser considerada como de “compás de espera”, se debe al intento de aprovechar  la compleja situación interna que Cuba ha atravesado, dentro de un proceso de cambios caracterizado por la intención de la Isla de reconstruir su modelo económico como factor básico de superación de las dificultades internas  en que las  que  está inmersa.

No obstante, sin dudas, “el tránsito de poder en Cuba”, marcó una nueva situación que ha sido seguida muy de cerca por la administración de Obama. “El soplo de aire fresco” traído por la nueva administración cubana, ha hecho que la administración norteamericana  aguce  más la vista hacia Cuba. Pues la pregunta siempre había sido “¿Que pasará en Cuba cuando ya Fidel no sea el presidente? esa pregunta considero que ha sido respondida con creces y no ha ocurrido nada de lo esperado. Por lo que pienso que ello  ha sido  una señal clave para anular esperanzas malignas  de los enemigos de Cuba, acariciadas durante mucho tiempo.

No obstante, al parecer, el interés de Obama por retirarse  de la administración con una nueva política hacia Cuba, que trajera como resultado la subversión del régimen político,  no ha sido posible concretarlo  hasta hoy, produciéndose una situación que es la siguiente:

1. La estrategia de la política seguida por Obama no ha dado los  resultados  esperados. A la administración se le agota el tiempo y  los acontecimientos no parecen avanzar en la dirección de obtener los resultados que Obama se trazó al principio.

2. Cuba por su parte, avanza en sus intenciones de recuperarse económicamente, trabajando por un Nuevo  Modelo Económico que de sistematicidad y continuidad  sustentable a su desarrollo económico, mientras que la política de bloqueo aparece, cada vez más, como un fracaso. Las nuevas medidas migratorias adoptadas y a nueva Ley de Inversiones Extranjeras han resultado dos golpes al mentón de la política norteamericana. Además,  el prestigio  internacional de Cuba  crece indetenidamente. Nunca antes, en los más de 50 años transcurridos, Cuba había acumulado un prestigio internacional como el que ahora tiene. Mientras que a Estados Unidos le ha estado  ocurriendo todo lo contario. Cuba ha logrado plantar sus  banderas de lucha  y hacer causa común en el hemisferio, mientras que Estados Unidos  es excluido de muchos de los foros regionales. Estados Unidos ha perdido fuertes cuotas de control  y del  poder que antes disfrutaba, mientras Cuba negocia entre iguales con todos los que antes fueron socios potenciales de la potencia imperial. En fin, Estados Unidos resulta excluido de  muchos de los foros de los que antes le hubiera sido fácil excluir a  Cuba. Todo ello ha tenido lugar en el breve decursar de menos de 50 años.

3.  Los problemas que Obama ha acumulado en su política tanto interna como exterior son muchos y  complicados: no termina de  salir  de la crisis económica;  la pobreza ha aumentado desmesuradamente  y la concentración de la riqueza también. Aumentan las presiones migratorias internas, son palpables las divisiones dentro de la sociedad norteamericana, continúa cayendo la popularidad del presidente y del congreso; por lo que  los peligros para la reelección presidencial de un demócrata aumentan también.  Obama va perdiendo prestigio en el orden económico internacional, aumentan las presiones económicas de China, Rusia, los BRICS; Europa cada vez está en peores  condiciones de ayudar a la recuperación económica de Estados Unidos; América Latina y el Caribe se independizan cada vez más  de este  y en general su hegemonismo económico está en sus peores  momentos.

4. Estados Unidos acumula muchos fracasos en su política exterior:  Irak y  Afganistán no se recuperan, todo lo contario, han caído en manos del terrorismo del Talibán como nunca antes. Siria parece estar superando la guerra de exterminio a la que Estados Unidos y sus aliados han querido someterla. Libia se ha convertido en un país no visitable por Obama, Egipto lucha por salir de la crítica situación en que se encuentra, Nigeria deviene en un “dolor de cabeza” con el secuestro  de las 200 niñas y las bandas terroristas. Paquistán ha dejado de ser un aliado seguro. Resultando que la estrategia norteamericana de cambiar el mapa político del  Medio Oriente ha fracasado, sumándosele ahora la unidad lograda por las fuerzas contendientes en Palestina, lo que afecta sobremanera las intenciones de Israel, principal aliado de Estados Unidos en el área. Obama tropieza con la realidad de que, pretendiendo supuestamente eliminar el terrorismo, ahora tiene que enfrentársele en todos los espacios en que trató de combatirlo y Al qaeda está a punto de desplazarlo de los espacios  que antes conquistó, amenazando también a Europa. La crisis en Ucrania  marca la debilidad creciente de Estados Unidos para cercar a Rusia, que gana Crimea  y tiene tomada  por el cuello a una Europa que necesita su gas y  no tiene otra variante para solucionarlo. Por lo que veremos entonces, si el “General Invierno”, no hace de las suyas  en los próximos meses, obligando a Ucrania a “cuadrar la caja con Rusia”.

5.  Si observamos el panorama  de la política exterior norteamericana, todo parece indicar  que Estados Unidos no logra exhibir ningún éxito  dentro de ella. No logra anotarse un tanto. Incluido sus fracasos en América Latina y el Caribe. Por lo que no resulta difícil  colegir, que de todos los problemas de Estados Unidos en su política exterior, el caso de Cuba resulta ser el menos complicado para apuntarse  algún logro. Sobre todo si tomamos en consideración  que en la reciente reunión de la OEA,  casi todos los miembros de la organización le dijeron a Estados Unidos, en su cara,  que no puede haber  otra Cumbre de las Américas sin la presencia de Cuba. En medio de una situación en la que CELAC, ALBA, UNASUR, Petrocaribe se consolidan, la integración latinoamericana y caribeña tiende a consolidarse, mientras que la OEA  despunta cada vez más como un anacronismo en la región. Lo cual indica claramente  que el Sistema Hemisférico neocolonial, fundado por Estados Unidos con posterioridad a la Segunda Guerra Mundial, ha caído en  bancarrota. Ya el hemisferio no es el “traspatio seguro”  de Estados Unidos.

(Continuará...)

Esteban Morales Domínguez es economista, politólogo y ensayista.  Dr. en Ciencias (Universidad de la Habana) y Dr. en Ciencias Económicas. Miembro de la Academia de Ciencias de Cuba. Miembro de la UNEAC.
Fuente: Dialogar, Dialogar
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CARTA ABIERTA SOBRE CUBA
por Pablo González Casanova
ALAI AMLATINA, 17/06/2014.- A Mr. John D. Rockefeller, Director Honorario de la Sociedad de las Américas y distinguidos individuos del Sector Privado y de las Organizaciones Gubernamentales o de las Fundaciones, que enviaron una carta al Presidente Obama para apoyar a la sociedad civil en Cuba:
Hemos leído con mucho cuidado su solicitud al presidente Obama. En ella nos sorprende a la vez su indiscutible cambio de política hacia la pequeña Isla y su gran pueblo. Durante más de cincuenta años habéis realizado todas las medidas abiertas y encubiertas para que fracasara su proyecto de Independencia y Libertad. Hoy veis la posibilidad de lograr, con distintas políticas los mismos objetivos que antes, y argumentáis por aplicarlos, con la misma emoción que ponéis, en “defensa de vuestros valores e intereses”...

Las medidas que exaltáis revelan, sin embargo, muchos errores y autoengaños al creer (y algunos creéis) que vais a impulsar “la independencia económica de Cuba”, sus “derechos individuales” y sus “derechos humanos”, cuando en realidad se trata de un país al que no habéis podido vencer, a pesar de las tremendas presiones y acciones abiertas y encubiertas en su contra, y del incalificable bloqueo de más de medio siglo que le habéis inflingido.

¿Tenéis ojos y no veis?, ¿oídos y no oís? Es bien sabido. En Cuba todos los niños y jóvenes en edad de aprender tienen escuelas, universidades e institutos, todos los enfermos médicos, medicinas y hospitales, todos los trabajadores empleo, y los ancianos asistencia... Es cierto que uso aquí la palabra “todos” como la definió García Márquez, como el 80% o más de la población, o mucho más, con limitaciones de que se encargarían los cubanos si en la práctica los hubierais dejado cumplir con vuestros buenos deseos. Pero ya, en medio de presiones y bloqueos, muchísimo es lo que han logrado y, hasta centros de investigación científica de punta tienen, a nivel mundial, así como servicios hospitalarios tan buenos y tan amigos del pueblo norteamericano que curaron a los bomberos heridos el “11 de septiembre”, a quienes vuestros hospitales no habían atendido y a quienes Michael Moore se encargó de llevar a los hospitales públicos de Cuba.

Es más, si echáis cuentas veréis que en ese país de Nuestra América los habitantes que reciben beneficios gratuitos alcanzan proporciones mucho mayores que en Estados Unidos, Canadá, Inglaterra y la Unión Europea. Los logros se realizan con modestos recursos pero buscando, tesoneramente, que alcance para todos en lo que se pueda, y se puede mucho.

Las ofertas que proponéis de “ayuda humanitaria”, “seguridad nacional”, “prohibición de drogas y medio ambiente”, muy bien sabéis de los inhumanos fracasos que han tenido cuando las aplicasteis y aplicáis en países enteros como Afganistán, Irak, Haití, Sudán del Sur, Nigeria, Libia entre otros, o en Continentes enteros como la propia África, el Medio Oriente, la América Latina, cuyas poblaciones –en una gran mayoría o en su totalidad– se encuentran envueltas en las llamadas “guerras de espectro completo” que vuestros estrategas diseñan, y que acrecientan los odios, enfrentamientos y pesares de inmensas poblaciones que no tienen derechos humanos, viven y mueren peor que animales, hambreados y enfermos, flacos y hasta tan esqueléticos que sorprende verlos con los ojos hundidos, la mirada de los niños perdida, sin brillo, y su pielecita arrugada que se les pega a los huesos. Duele verlos hasta en la tele, e imaginar cómo viven día a día y minuto a minuto y cómo crecen en medio del hambre y el terror, sin agua ni techo, sin forma de trabajar que no sea servil o esclava, agotadora, riesgosa, o insalubre, entre ofensivas generalizadas de los capataces, de los guardias blancos, de militares y paramilitares que con otros bandidos, asesinos y sádicos fanáticos todos muy bien armados y aprovisionados, para gloria de la industria armamentista, son espanto de niños, adultos y viejos, víctimas y candidatos a las políticas de etnocidio y genocidio crecientes, cada vez más preconizadas o patrocinadas por los “neoconservadores”, y por la ”extrema derecha” enardecida por la xenofobia, el asco visual y el racismo del mundo global que encabezáis.

En medio de tan inhumanos hechos, confirmados por los “medios” y hasta por las íntimas miradas de vuestros propios hijos –con unos que se preparan para sucederos con la misma saña y otros que cada vez más protestan y se rebelan con admirable fortaleza– vosotros añadís el error de creer que en la Cuba invencible tras más de cincuenta años de asecho se puede separar y aun enfrentar a la “sociedad civil” contra “su gobierno”. No os cabe imaginar gobiernos que no sean de las corporaciones y de los burócratas. Pero en Cuba, pueblo y gobierno están fusionados y soldados tan estrechamente –y en una proporción tan alta– que no hay grupo de “contras” aventureros que haya podido tener éxito, en tan largo tiempo, con sus acciones terroristas y subversivas.

El “pueblo gobierno” de Cuba es un fenómeno “democrático” que si lo entendierais os causaría horror, pues de hecho –como ha escrito David Brooks– la democracia es a lo que más teméis, en tanto encierra el verdadero sentido de la etimología griega y corresponda a la definición de una práctica del pueblo como hacedor de las grandes decisiones, en que para ser efectivo en el logro de sus fines se organiza como pueblo-gobierno, con los más variados colectivos y las más variadas estructuras, unas coordinadas y otras jerárquicas, todas para lograr, en cada tarea, los objetivos a alcanzar.

La organización de las prácticas democráticas en Cuba es muy distinta a la de los gobiernos de las corporaciones, pues tanto en las grandes como en las pequeñas estructuras los valores e intereses dominantes engarzan con los de la Independencia y la Libertad, todo, por supuesto, en medio de contradicciones, errores y flaquezas –menores o mayores– que los enemigos del proceso cubano buscan acrecentar fingiendo consternación por las fallas que ellos mismos o sus patrocinadores atizan.

Pensad bien y entenderéis con suma claridad, que vuestros grandes triunfos en el mundo, por algo no se han dado en Cuba. Veréis, en lo íntimo de vuestra conciencia política, que los cubanos han logrado subsistir en su proyecto emancipador precisamente por la clase de democracia que los habitantes de Cuba han redefinido, tanto en la creación como en la práctica de sus organizaciones. Creación y práctica abarcan a una inmensa población con cientos de miles de cuadros, cuya conciencia, voluntad y valentía incluyen la disciplina que por convicción tienen quienes ni se rinden ni se venden.

Tamaño esfuerzo del pequeño gran país no deja de padecer y enfrentar –como hemos dicho– esas contradicciones que a ustedes tanto les interesan y, también, las que recientemente reconoció con precisión y claridad admirables. Mr. Warren Buffet, el tercer millonario de los Estados Unidos de Norteamérica, cuando dijo hace poco: “Sin duda hay guerra de clases, y es mi clase, la mía –la de los ricos–, la que está ganando”…

La lucha sigue y ustedes –como signatarios de la carta al presidente Obama sobre Cuba… (Por cierto, permítanme que les cambie de trato y les hable de “usted” pues me resulta más fácil)… Repito: la lucha de clases sigue, y confieso que la están dando muy bien en lo que les es posible, pues ahora la quieren cambiar para ganar la guerra por las buenas ya que no la ganaron por las malas. En su propuesta al presidente Obama le piden que cambie la política de bloqueo, de sanciones y prohibiciones que Estados Unidos ha aplicado contra Cuba durante cincuenta años. Afirman que “Estados Unidos puede ayudar al pueblo cubano a determinar su propio destino…”; puede “empoderar”, (como ya se dice en mal castellano) al pueblo; puede “fortalecer a un amplio espectro de la sociedad civil independiente”, y “a las organizaciones creadas para impulsar la economía individual, y las necesidades sociales, al margen de su orientación política…”

En su carta abierta al presidente Obama le proponen sin ambages “un cambio radical,” en vista de que la política seguida por Estados Unidos en sus relaciones con Cuba ha dejado a Estados Unidos cada vez más solo en términos internacionales. “Es la oportunidad de cambiar, –le dicen–, ….de ayudar al pueblo de Cuba, a la sociedad civil de Cuba; la oportunidad de ampliar el comercio con “las empresas independientes”, eso sí, la “de facilitar y legalizar el uso de tarjetas de crédito”, de promover “la importación y exportación de artículos y servicios”, y de que las ONG’s, (las Organizaciones no Gubernamentales), “apoyen a los pequeños propietarios agrícolas”, y “que también apoyen, por supuesto, a las pequeñas empresas y hasta a las micro-empresas…”

En varias ocasiones –no sé por qué tantas– ustedes insisten en la necesidad de promover varios proyectos de telecomunicaciones, y se refieren a diversas formas de cooperación de las ONGs con instituciones académicas cubanas mediante fondos para la educación, becas para estudiantes distinguidos y para gastos de viaje, y que en ese terreno se dé la necesaria autorización para que quienes viajen a Cuba, o tengan familiares en Cuba, puedan usar, junto con las tarjetas de crédito, otros servicios bancarios norteamericanos, así como abrir cuentas en los bancos de Estados Unidos, o enviar remesas a sus familiares, o prestar servicios profesionales a “empresarios independientes”…

Por supuesto, al mismo tiempo, insisten ustedes en que “el gobierno de Estados Unidos se comprometa cada vez más con el pueblo de Cuba, y que simultáneamente cumpla con el deber de seguir presionando al gobierno de Cuba en el terreno de los derechos humanos”. “El gobierno debe dar prioridad” –terminan diciendo al presidente Obama– a concertar compromisos en áreas “de interés mutuo y a realizar discusiones serias con sus contrapartes cubanos en asuntos de seguridad mutua y deberes humanitarios”. En éstos destacan la liberación de un preso al que estiman.

Para cualquier lector bien enterado, como Mr. Warren Buffet, todo el mensaje a que nos hemos referido busca seguir ganando la lucha de clases en Cuba. Su innegable sagacidad consiste en privilegiar los intereses individuales, de grupo, ideología o clase frente a los intereses de la comunidad nacional de un país donde el pueblo-gobierno de las grandes mayorías está construyendo la transición a un mundo viable, pues en el que vivimos se encuentra en proceso la destrucción por ese 1% al que parte de ustedes pertenece, un proceso que la juventud americana, con la del mundo entero, va a sufrir y a enfrentar, amenazada como está en su futuro inmediato por el enfermizo y hegemónico proyecto de acumulación de poder y riquezas que practicáis a costa de la miseria de la inmensa mayoría de la humanidad y del creciente peligro para la vida de toda la humanidad, situación y peligro confirmados por los propios “think tanks” de Harvard, MIT, Instituto de Santa Fe, y por numerosos organismos científicos del mundo, entre los que destacan los principales de Naciones Unidas, el Panel Intergubernamental sobre el Cambio Climático, y muchos más que con todo rigor y responsabilidad científica registran, a más del cambio climático; del crecimiento del hoyo de ozono, –que sólo por un momento pareció contenerse–, y de muchos otros peligros más, que abarcan la polución de los mares y de las aguas dulces; la destrucción de los suelos, y subsuelos; de los bosques, vegetales y faunas de mar y tierra, y hasta de la biosfera entera. Como nos dicen los expertos, muchos de esos daños y peligros son irreversibles, y nos aseguran que cada día se aceleran más, y que conforme pasa el tiempo se vuelve más difícil contenerlos.

Las más prestigiosas revistas científicas de Estados Unidos y el mundo sostienen estas afirmaciones que para nada tienen que ver con meras creencias apocalípticas ni con supuestos errores u opiniones de algunos especialistas, ni menos con manipulaciones de los datos por científicos tramposos de que llegaron a acusar, sin la menor base un grupo de científicos ingleses por el hecho de haber señalado el carácter “antropogénico” del cambio climático que amenaza al planeta. Tan temeraria acusación fue desmentida por las grandes revistas científicas de vuestro propio país y del mundo. Ese peligro y otros que amenazan a la Tierra son antropogénicos. Por primera vez en la historia del sistema solar el hombre es capaz de destruir a la tierra. Piénsese nada más en el perfeccionamiento y la excedente cantidad de bombas nucleares y e sistemas de lanzamiento, que a su capacidad letal, precisión y alcance añaden la irresponsabilidad con que las grandes potencias juegan a las amenazas de guerra.

Bueno…, es posible que ganéis la lucha de clases, pero vuestra victoria será una victoria pírrica si destruís a los movimientos que están luchando por la construcción de la vida, como el gobierno-pueblo de Cuba, y muchos otros que desde las comunidades agrícolas y las ciudades perdidas están construyendo la transición a otro mundo posible y autosostenible.

Con mis mejores deseos y buenas maneras os digo. Dejaos de “descalificaciones” y “negaciones” freudianas. Alentad a los hombres de ciencia que han confirmado la verdad, atended su verdad, y pensad por vuestra propia cuenta que la democracia de las corporaciones y complejos ya es insostenible, que la organización del mundo por los complejos empresariales-militares-políti cos y mediáticos, cuyo más poderoso “atractor” es la “maximización de utilidades y riquezas”, ya ha entrado a una “fase de transición” terminal, “entrópica”, y que es necesario impulsar la transición a un sistema cuyo atractor principal sea la libertad y la vida.

En ese camino veréis que es pionero el pueblo-gobierno de Cuba y también el ciberespacio en el que desde Wall Street y hasta Washington D.C. luchan muchos de vuestros propios hijos. Todos ellos, absolutamente todos, buscan caminos pacíficos, y continúan, bajo nuevas formas, la vieja lucha de los rebeldes por la paz y por la vida para transitar a un mundo viable, realmente humano…

Conocerlos y reconocerlos consiste en respetarlos, y en empezar por honrar vuestra palabra, un acto para el que también apelamos a la Señora Hilary Clinton, que ha empezado a organizar su campaña por la presidencia del gobierno de Estados Unidos y que podría empezar por honrar su palabra y la del gobierno al que aspira, así como la de su esposo, demandando la inmediata liberación de los tres jóvenes aún encarcelados –Gerardo Hernández, Ramón Labañino y Antonio Guerrero– quienes por acuerdo con el expresidente Clinton formaron parte de un grupo cubano-norteamericano encargado de poner al descubierto a los terroristas que desde Miami estaban cometiendo atentados sin cuento.

La lucha de clases sigue, la lucha por la independencia y la autonomía de los pueblos sigue, así como la lucha por la redefinición en los hechos de la libertad, la justicia y la democracia: Ninguna se detendrá. Sólo que en el mundo actual los seres humanos tienen que empezar por recuperar el uso de la palabra para la transición a la paz y la vida.

Haced vivir la palabra que se honra con actos… Haced –para empezar– algo que os parecerá muy pequeño y que será muy grande. Pidan al presidente Obama la libertad de los tres héroes cubanos encarcelados. Inicien una nueva historia de su palabra con actos como éste a que nos obligan los cambios de un mundo en que no sólo existe la lucha de clases sino la lucha por la vida, por la vida del 99% y también del 1% de la humanidad y de nuestros descendientes.

Pensad que otra vez en el principio del mundo estará la palabra. Viva la vida y la libertad. Viva el pueblo de Estados Unidos y el pueblo de Cuba. Viva la Humanidad y la transición a otro mundo viable, posible y necesario.

Gracias por su atención. Sinceramente

Pablo González Casanova Profesor de la Universidad
Fuente: Alainet
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LAS MARIONETAS DE PRAGA SE MUEVEN DESDE WASHINGTON
por Pedro de la Hoz
Un intento de intromisión en nuestra vida cultural

No es noticia el compromiso servil de ciertas autoridades y medios de la República Checa con quienes desde Washington y el núcleo contrarrevolucionario del sur de la Florida intentan derrocar, o al menos erosionar, el sistema político y social que legítimamente en Cuba nos hemos dado a nosotros mismos, en ejercicio libre y democrático de nuestra voluntad.

Sin ir muy lejos, este mismo año, en abril, vacacionaron durante una semana en Praga diez individuos procedentes de la isla y adscritos a grupúsculos contrarrevolucionarios —digamos las cosas por su nombre y dejemos atrás el eufemismo de llamarlos “disidentes” o “activistas pro Derechos Humanos”— bajo el pretexto de participar en un seminario sobre la historia de la transición checa del socialismo real al capitalismo neoliberal.

En realidad recibieron en sus encuentros con los interlocutores checos instrucciones acerca de cómo operar contra el Estado cubano y dedicaron tiempo a repetir ante los medios de comunicación de ese país los lugares comunes de la propaganda anticubana. Como era de esperar, Radio Praga les prestó su tribuna y trató de legitimarlos.

Lo nuevo en este y otro caso que glosaremos a continuación, es la reiteración de un empeño que clasifica como una grosera intromisión de instancias de gobierno checas en los asuntos cubanos.

Una vez más acaban en Praga de librar una convocatoria para un concurso literario exclusivamente dirigido a novelistas que “residan dentro de la isla” y tiene por objetivo “apoyar a los escritores que no pueden publicar en la Isla por no pertenecer a las organizaciones oficialistas dedicadas a la literatura, y guardan sus textos en una gaveta a la espera de una oportunidad para publicarlos”.

Desde la propia redacción de las bases del certamen, cuyo nombre Franz Kafka hace un flaco favor a la memoria del extraordinario narrador checo, se respira un tufillo a mala telenovela: de una parte, la insólita y enrevesada definición de esas supuestas “organizaciones oficialistas literarias” —¿estarán hablando de editoriales e instituciones de muy variado signo y actividad que funcionan en Cuba y que publican y promueven a escritores y temáticas muy diversas a la vez, desde los clásicos a los contemporáneos, sin distinción entre marxistas, cristianos, santeros, materialistas, idealistas, cubanos que viven en Cuba y no pocos fuera de Cuba?—; de otra, un tinte melodramático barato, al suponer la existencia de una literatura subterránea e invisibilizada en las gavetas.

Otro signo que denota la falta de imaginación de los que intentan urdir esta trama se halla en la naturaleza de la entidad praguense patrocinadora, la biblioteca Samizdat Libri Prohibiti, que conserva y promueve obras que circularon clandestinamente en la antigua Checoslovaquia. Comparar la realidad cultural underground de la Unión Soviética y los países del bloque oriental con la de Cuba no solo es una analogía absurda y forzada (en buen cubano se diría “a la cañona”) sino también muestra de supina ignorancia.

La finalidad de la operación se hace evidente en el destino que tendría la novela premiada: suministrar 450 ejemplares de la novela, publicada en español por una casa editora checa, en las denominadas “bibliotecas independientes” albergadas por integrantes de los grupúsculos en el interior de la isla. Esas bibliotecas reciben una subvención proveniente de la Oficina de Asuntos del Hemisferio Occidental (WHA), del Departamento de Estado de los Estados Unidos. Hace apenas dos años, el presupuesto federal asignó a la WHA 1,53 millones de dólares para un programa de “entrenamiento a distancia sobre habilidades básicas para la información tecnológica” y “fondos de apoyo para la compra de artículos de tecnología básica de la información, y apoyo material a activistas de los derechos humanos, periodistas independientes y bibliotecas independientes en la isla”.

Alguien podría suponer que el concurso de novelas es un proyecto de alguna organización de ciudadanos checos que por iniciativa propia decidieron promover a esos pobrecitos e ignorados escritores impedidos de publicar sus creaciones en Cuba. (Por cierto, algunos de los ganadores de las siete convocatorias anteriores tienen obras premiadas y publicadas por “organizaciones oficialistas dedicadas a la literatura”). Sin embargo salta a la vista la implicación gubernamental de Praga cuando en las bases, junto al punto de recepción habilitado en una dirección de correo electrónico, se dice que las novelas pueden enviarse “en otros formatos a la Embajada de la República Checa en Cuba (Ave Kohly no. 259, entre 41 y 43, Nuevo Vedado)”.

Triste papel el de estas marionetas praguenses, colgadas del hilo de la política anticubana de Washington.
Fuente: La Jiribilla
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Cubarte, 2008.

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